Un escultor de recuerdo falleció en Duitama.

Un maestro que esculpió la ciudad, la historia y la cultura

La comunidad de Duitama llora la pérdida de una figura insustituible: Hyber Díaz Moreno, un artista originario de Nortesantander, que falleció tras un largo periodo de enfermedad. Su partida no solo representa el luto por la pérdida de un ser humano excepcional; su muerte también deja un impacto devastador en la historia cultural de Boyacá, marcando una profunda herida en el tejido artístico de la región.

Desde 1980, el maestro dedicó su vida a la creación de esculturas y pinturas, destacándose especialmente en el ámbito del arte religioso. Fue un verdadero restaurador, un creador apasionado que trascendía la mera técnica con cada obra que producía: cada pieza era una manifestación del alma. Su legado se encuentra grabado en espacios emblemáticos, en las paredes de edificios que narran historias y en cada melodía que surgió de sus hábiles manos.

El arte se convirtió en una herencia

Entre sus obras más notables, resalta el tributo escultórico a César Rincón, un proyecto colectivo que consolidó su lugar como una referencia vital en la comunidad. Otras obras representan su estilo único y su conexión con la causa artística:

  • El Busto de Tundama de Cacique, que se exhibe en el Instituto de Cultura y Bellas Artes Duitama (Culturama), siendo uno de los elementos más representativos de la comuna.
  • El Busto de Joaquín Sáenz, que se encuentra en Santa Sofía.
  • El Busto de Marcelino Gilbert, en la Escuela de Policía de Rafael Reyes en Santa Rosa de Viterbo.
  • La escultura de Emperador que adorna Duitama.
  • El Busto de José Serrano, también en Duitama.
  • El Busto de Daniel Murcia ubicado en Santa Marta.
  • Trofeos institucionales del Festival Nacional de Música de Cacique Tundama y del Departamento de Zocán de Artes Plásticas para cultural.
  • Asimismo, esculturas proporcionadas por la Cámara de Comercio de Duitama a destacados comerciantes y empresarios.
No es solo el arte. Esto es memoria. Esta es la historia.

Hyber no solo trabajó con piedra o yeso; su trabajo se entrelazaban con las raíces de la identidad cultural. Esculpió los rostros de aquellos que dieron forma a la historia de esta tierra, creando símbolos que ahora son parte fundamental del patrimonio histórico de Duitama. Su obra no se limita a exposiciones, vive en las calles, instituciones y diversos espacios culturales.

Él fue mucho más que un artista: se convirtió en un narrador de historias calladas, un arquitecto de la identidad boyacense.

Aunque el maestro haya encontrado su descanso, su legado perdurará. Hyber Díaz no solo esculpió en piedra: forjó identidad, tradición y memoria.

Silencio del maestro, eco de su trabajo

En la actualidad, Boyacá lo despide con respeto y profunda gratitud. Su partida causa un dolor impreciso, pero deja un eco resonante que perdurará en el tiempo: cada una de sus creaciones es un acto de permanencia.

La comunidad cultural, sus colegas, sus admiradores, y todos aquellos que alguna vez se detuvieron ante una de sus esculturas son testigos de que el maestro ya no está físicamente… pero su esencia aún perdura.

Que Hyber Díaz Moreno descanse en paz. Esta eternidad lo envuelve, tal como él abrazó el arte que tanto amó. Extendemos nuestras más sinceras condolencias a su familia, seres queridos y amistades.


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