En el arte que sacude tanto el mercado como la gestión política, el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció que logró reutilizar el azúcar de caña real en lugar de un jarabe de maíz controvertido con una fructosa alta en sus bebidas no alcohólicas vendidas en sugerencias de EE. UU. «Será un muy buen movimiento de su parte. ¡Lo verás. ¡Solo mejor!»
Hasta ahora, Coca-Cola ha utilizado la alta fructosa de jarabe de maíz en sus productos en los Estados Unidos, mientras que en Europa y otros mercados prevalecen el azúcar de caña. Este cambio haría que Coca-Cola esté más en línea con su práctica global y puede traer diferencias en un sabor clásico que millones conocen. La compañía con sede en Atlanta, aunque no confirmó oficialmente el cambio, agradeció el entusiasmo y anunció que pronto revelaría detalles sobre sus nuevas ofertas. Este movimiento también puede interpretar la estrategia de reactivar la imagen de la marca en un contexto en el que los consumidores requieren productos más naturales y renovados.
Sin embargo, las noticias no fueron bien recibidas por todos los sectores. La asociación sobre la mejora del maíz estadounidense advirtió contra la influencia económica negativa que la transición del jarabe de maíz al azúcar de caña puede generar para los agricultores nacionales y la industria de la producción. Su presidente, John Bode, advirtió que este agente costaría miles de empleos, afectaría los ingresos del sector agrícola y aumentaría la dependencia de las importaciones extranjeras de azúcar, sin garantizar beneficios nutricionales reales. La controversia se intensifica al ejecutar el debate bajo el vaso de ampliación de la estrategia económica y comercial estadounidense.
No menos interesante es la historia de la relación entre Trump y Coca-Cola. Aunque el ex presidente es conocido por sus preferencias en la Coca -Cola de Versiones de Dieta, incluso instaló un botón en su oficina para dar una copa en una bandeja de plata, su vínculo tenía altibajos públicos. En 2012, llegó para criticar las bebidas dietéticas no alcohólicas, y en los últimos años la relación entre Trump y la compañía osciló entre la cooperación y las controversias, por ejemplo, cuando Coca-Cola tenía una distancia de los eventos del asalto a Kapitool en 2021, mientras que Trump defendió su posición.
Las reacciones al anuncio de Trump no esperaron. Los defensores de regresar al azúcar aplauden la iniciativa, proporcionando un sabor y un producto más auténtico más compatible con tradiciones históricas y gustos internacionales. Por otro lado, los expertos de la industria agrícola y los sectores relacionados con el maíz expresan preocupación por las repercusiones económicas y estratégicas. Además, los consumidores y analistas prestan atención a cómo reacciona el mercado y si el cambio puede cambiar la percepción de los refrescos más emblemáticos del mundo.
Mientras tanto, Coca-Cola se está desarrollando con cautela en este proceso, no confirma oficialmente el cambio y prometiendo más información. En un mundo donde la salud, el gusto y la economía son negociaciones constantemente, una frase inesperada promovida por Trump puede causar efectos duraderos en la marca, que desde 1886 envidiaron su fórmula secreta, que ahora parece dispuesta a mantener la atención global en cada caída que consiste en su historia.
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