Recientemente, en un foro que representa de manera más típica la administración pública, el alcalde de Tunja, Mikhail Krasnov, se ha visto envuelto en una polémica tras ser visto participando en diversas actividades recreativas en la ciudad de Duitama. Este evento, en el cual incluso tuvo la oportunidad de subirse al mencionado «Gusanito», disfrutar de comidas en varios restaurantes y recorrer el Jardín Simón Bolívar, ha suscitado inquietudes tanto en el ámbito político como entre los medios de comunicación de la capital boyacense.
La presencia del alcalde en Duitama no ha pasado desapercibida para los medios de comunicación, que en las últimas horas han comenzado a cuestionar la naturaleza de su conducta. Aunque la oficina del alcalde no ha emitido ningún tipo de declaración oficial respecto a este tema, las visitas frecuentes de Krasnov a Duitama, especialmente en un contexto electoral, han generado especulaciones sobre intereses que podrían ir más allá de lo meramente institucional.
No es la primera vez que el alcalde de Tunja se encuentra en el territorio de Duitama, participando en actividades que no parecen estar ligadas a sus funciones oficiales. Esta recurrencia ha despertado la inquietud entre algunos ciudadanos y líderes de opinión, quienes advierten sobre una desconexión evidente entre el alcalde y las problemáticas que afectan a su comunidad. Los residentes de Tunja sienten que su alcalde está prestando más atención a otros temas y lugares que a las necesidades concretas de su propia ciudad.
A pesar de que Tunja enfrenta serios desafíos relacionados con la movilidad, la seguridad y la reactivación económica, el discurso del alcalde ha generado críticas sobre sus prioridades. Su papel como primer mandatario debería centrarse en atender los intereses y necesidades de los ciudadanos de Tunja. Sin embargo, su repetida aparición en escenarios políticos externos plantea interrogantes sobre posibles aspiraciones futuras o alianzas estratégicas que podría estar cultivando en la región.
A medida que las preguntas y dudas continúan aumentando, los ciudadanos de Tunja esperan respuestas concretas y claras sobre el motivo de estas visitas. Lo que podría haberse interpretado como una estrategia para fortalecer su imagen pública, en realidad ha provocado un creciente descontento y malestar entre la población. La falta de acciones directas para abordar las preocupaciones locales es un tema que ronda por las mentes de los ciudadanos, quienes consideran que su alcalde debería estar más comprometido con las realidades que vive su comunidad.
En definitiva, la situación actual del alcalde Mikhail Krasnov pone de manifiesto la necesidad de un liderazgo que priorice las inquietudes de sus ciudadanos, en lugar de verse envuelto en actividades que podrían estar desvinculadas de su rol fundamental como mandatario local.
17