Vladimir Putin ha establecido una tregua programada desde el 8 hasta el 11 de mayo, mientras que el Kremlin continúa insistiendo en encontrar soluciones sostenibles a la crisis. En contraste, Kyiv expresa dudas sobre las intenciones del Kremlin y sugiere un alto el fuego indefinido. A su vez, Washington está ejerciendo presión, pero Putin exige el reconocimiento de las anexiones y que Ucrania declare su neutralidad.
El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el lunes una tregua de 72 horas en el contexto del conflicto con Ucrania, la cual se presenta como un símbolo de fuerza exhibido por el Kremlin en un momento que coincide con las celebraciones del 80° aniversario de la victoria sobre el nazismo, y se espera que sirva como una demostración de unidad en actos conmemorativos donde se reunirá con líderes mundiales para discutir la finalización de la hegemonía occidental.
El alto el fuego se iniciará a la medianoche del 7 al 8 de mayo y concluirá a la medianoche del 10 al 11 de mayo, como fue comunicado por el Kremlin a través de un anuncio oficial. Tras este inesperado anuncio, tanto Ucrania como la Casa Blanca manifestaron su apoyo al cese temporal de las hostilidades, aunque sugirieron que debería ser un alto el fuego no solo temporal sino que podría extenderse más allá de las 72 horas previstas.
El 9 de mayo, Rusia recibirá a más de veinte líderes estatales, incluido el presidente chino Xi Jinping, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el eslovaco Robert Fico. De esta forma, el gobierno ruso se esfuerza por garantizar la completa seguridad del desfile militar en la Plaza Roja, un evento crucial en su calendario patriótico.
De acuerdo con la presidencia rusa, Putin tomó esta decisión «por razones humanitarias» y en honor a la conmemoración del 80° aniversario de la victoria sobre el nazismo. La declaración subraya que esta iniciativa constituye un acto del presidente en su papel de comandante de las fuerzas armadas del país.
El texto también menciona que Rusia espera que la parte ucraniana siga este ejemplo, advirtiendo que si Ucrania viola la tregua, las fuerzas armadas rusas responderán de manera adecuada y eficiente. Esta aclaración fue hecha por el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, quien también destacó que este anuncio representa un gesto de buena fe para posibles negociaciones entre ambos países.
«La parte rusa reitera su disposición a participar en negociaciones de paz sin condiciones previas, con el objetivo de abordar las raíces de la crisis en Ucrania y cooperar de manera constructiva con socios internacionales», declaró Sands, un portavoz del Kremlin.
El 19 de abril, Putin ya había declarado unilateralmente una tregua durante la Pascua ortodoxa, que fue muy esperada por Ucrania. Durante esas 30 horas, se observó una notable disminución en la actividad militar, lo que llevó al presidente ruso a expresar su disposición a reiniciar conversaciones directas con Kiev.
Abandonar
En reacción a esta nueva propuesta del Kremlin, el vicecanciller ucraniano, Andrí Sibiga, declaró que una tregua de solo 72 horas no es suficiente. «Si Rusia realmente busca la paz, deberían declarar un alto el fuego de inmediato. ¿Por qué esperar hasta el 8 de mayo?«, cuestionó Sibiga a través de su cuenta en X.
El funcionario añadió que Ucrania está dispuesto a respaldar una tregua más prolongada, sugiriendo que se estableciera un alto el fuego de al menos 30 días. Ucrania ya había acordado con Rusia un alto el fuego de 30 horas durante la Pascua y había sugerido extenderlo a un mes, aunque esa iniciativa fue rechazada por Rusia, que en ese momento se enfocaba en las conversaciones con Washington.
Por su parte, un portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó durante una conferencia de prensa el lunes que el gobierno de Estados Unidos apoya el cese del fuego, aunque no especificó detalles sobre la duración. También se observó que el presidente, Donald Trump, que cumple 100 días de gestión, está cada vez más frustrado con la trayectoria del conflicto y con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
«Putin no tenía justificación para lanzar un ataque contra civiles en los últimos días. Esto no indica un deseo de poner fin al conflicto», escribió Trump en su red social, donde además celebró una reunión con líderes verdes en el Vaticano.
Una de las promesas de campaña de Trump fue que resolvería el conflicto en Ucrania en 24 horas si regresaba a la Casa Blanca, pero sus intentos diplomáticos hasta ahora no han dado resultados. Su regreso a la presidencia en enero representaría un giro significativo en la estrategia de Estados Unidos, que había sido hasta ese momento el principal apoyo militar de Ucrania y ahora busca cerrar el conflicto lo más pronto posible, aún cuando las autoridades ucranianas temen que esto implique aceptar condiciones excesivamente favorables para Moscú.
Sin embargo, parece poco probable que se llegue a un acuerdo de paz dadas las posiciones extremadamente opuestas de ambos países. Rusia exige la rendición de Ucrania, lo que supone que se deje a un lado la aspiración de integración en la OTAN y acepte la ocupación rusa de los territorios disputados.
Negociando puerta
El Kremlin insiste en un «firmado» acuerdo por parte de Kiev a la vez que el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, reiteró que cualquier acuerdo de paz debe incluir el reconocimiento internacional de las regiones anexadas por Moscú, que incluye Crimea. «Crimea, Sebastopol, Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia son parte de Rusia», afirmó Lavrov en una entrevista con periódicos brasileños O Globo.
Según Lavrov, las obligaciones de Ucrania deben formalizarse jurídicamente y tener mecanismos que garantizan su cumplimiento. Además, Moscú insiste en que Ucrania adopte una postura de «neutralidad«, evitando entrar en bloques militares como la OTAN, conforme a las declaraciones de soberanía de Ucrania de 1990, que establecen que el país debe ser «no alineado».
Rusia anexó Crimea en 2014, un acto que no fue reconocido por la comunidad internacional. En 2022, tras iniciar su gran ofensiva, anexó el control sobre otros cuatro territorios ucranianos. Tanto Kiev como sus aliados consideran que estas anexiones son ilegales y advierten que su aceptación podría sentar un peligroso precedente.
Sin embargo, Trump sugirió el domingo que la postura ucraniana sobre Crimea podría cambiar. «Creo que sí. Crimea tenía 12 años», respondió ante la pregunta de si Zelenski estaría dispuesto a «renunciar» a dichos territorios.
Además, Moscú exige la abolición de las leyes ucranianas que desde 2014 limitan el uso del idioma ruso, así como términos culturales, medios de comunicación y prácticas religiosas asociadas a Rusia. También se subrayó que continúan en la agenda asuntos como «desmilitarización y denazificación» de Ucrania, el levantamiento de sanciones, la cancelación de procesos judiciales y órdenes de arresto, y la restitución de propiedades rusas congeladas en Occidente.
«También buscaremos conseguir garantías de seguridad confiables para Rusia frente a amenazas procedentes de actividades hostiles de la OTAN, la Unión Europea y ciertos estados miembros en nuestras fronteras occidentales», concluyó Lavrov.