Procedimientos de restitución para las víctimas del conflicto bélico en Tumaco –

En un día cargado de emociones profundas y lleno de símbolos significativos, arte conmovedor, memoria imperecedera y esperanza renovadora, Colombia se detuvo nuevamente para reflexionar sobre su historia reciente. Este acto de profunda introspección se llevó a cabo con el fin de rendir un homenaje sentido y sincero a las víctimas del prolongado conflicto armado que ha marcado al país.

Eco

La conmemoración del Día Nacional del Recuerdo y la Solidaridad con las víctimas se llevó a cabo en diversas localidades a lo largo del país, generando un eco especialmente profundo en la región del Pacífico colombiano. Ahí, en esa parte del territorio, el dolor de la guerra aún resuena de manera palpable en cada rincón, recordando la tristeza y las pérdidas que han vivido las comunidades.

En Tumaco, uno de los municipios que más ha sufrido a causa de la violencia en Colombia, este significativo día reunió a cientos de personas. Entre los presentes se encontraban víctimas del conflicto, representantes de organizaciones sociales, líderes comunitarios, autoridades locales y ciudadanos comprometidos, todos unidos en un mismo sentir.

Durante el evento, Jerson Lizimaco Montaño, un representante de la Cámara del Departamento de Paz Curul de Nariño y oriundo de Tumaco, compartió un poderoso mensaje que llamó a la mayor participación de las víctimas en la búsqueda de justicia y reparación. Este llamado resuena urgentemente en una sociedad que aún vive las consecuencias de la guerra.

Usar

«Me siento profundamente triste por lo que enfrentamos a diario debido al conflicto, la crisis económica, el abuso persistente, las amenazas, la violencia y el deterioro continuo de la vida en estos territorios olvidados por el estado», afirmó Montaño con una voz llena de pesar.

El representante también destacó un dato alarmante: «Prácticamente somos 10 millones de víctimas; el 20% de la población del país ha sido afectada directa o indirectamente por este flagelo». Tal datos resaltan la magnitud del conflicto y la necesidad urgente de abordar las secuelas que ha dejado en la sociedad colombiana.

Los congresistas presentes enfatizaron que, a pesar de algunos avances, aún queda un largo camino por recorrer en la consecución de de una reparación integral y efectiva, especialmente en territorios que han sido históricamente marginados y golpeados, como la costa Nariñense del Pacífico. Un reto que sigue demandando atención y acción decidida por parte del gobierno y la sociedad en su conjunto.

Progreso

«Estamos avanzando en el proceso de reparación, y por primera vez logramos establecer un diálogo con el Fiscal General en el que discutimos la importancia de segmentar las necesidades de las víctimas y diseñar acciones que realmente impacten en sus territorios», añadió Montaño, esperanzado por los pasos en la dirección correcta.

Estas iniciativas no solo se enfocan en las necesidades y derechos visibles de las víctimas; también buscan crear condiciones efectivas que mejoren la calidad de vida de las comunidades. Promover proyectos sociales y transformar escenarios de conflicto en espacios de paz y dignidad es fundamental en este proceso de sanación colectiva.

Los participantes, entre lágrimas, abrazos y variadas expresiones artísticas, dejaron un mensaje contundente: «Nunca más la guerra, nunca más el olvido, nunca más la indiferencia». La voz de las víctimas se ha alzado con fuerza, demandando garantías de no repetición, justicia y una reparación acorde a sus sufrimientos y aspiraciones.

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