Las tensiones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos escalaron el miércoles 8 de octubre de 2025, cuando la Casa Blanca solicitó al presidente colombiano Gustavo Petro retractarse públicamente de sus declaraciones de que durante el reciente bombardeo en aguas del Caribe, uno de los barcos impactados era colombiano y transportaba a ciudadanos colombianos. Washington calificó las declaraciones de «infundadas y reprensibles», mientras que algunas fuentes anónimas del gobierno estadounidense admitieron que los colombianos podrían haber estado entre las víctimas.
Antecedentes del evento
Desde septiembre de 2025, la administración del presidente Donald Trump ha ordenado al menos cuatro ataques marítimos en el Caribe, dirigidos a barcos presuntamente involucrados en el tráfico de drogas en rutas marítimas frente a Venezuela. En uno de estos ataques, ocurrido el 3 de octubre, el Pentágono informó que un «narcotraficante» fue atacado en aguas internacionales, resultando en la muerte de cuatro personas.
Petro sostuvo que en al menos uno de estos ataques el barco no era venezolano, como se informó oficialmente, sino colombiano, con nacionales de ese país a bordo. Todavía no ha proporcionado públicamente pruebas definitivas que respalden esta afirmación.
reacción de estados unidos
En respuesta a las acusaciones del presidente colombiano, la Casa Blanca emitió un comunicado llamando a Petro a «retirar públicamente su infundada y reprobable declaración para retomar un diálogo productivo». El comunicado oficial también confirmó que, a pesar de las diferencias políticas, Estados Unidos considera a Colombia un socio estratégico en temas de seguridad regional.
Al mismo tiempo, medios estadounidenses y fuentes gubernamentales informan que ciudadanos colombianos pueden haber estado involucrados en algunos de los ataques, aunque ni sus identidades ni pruebas concluyentes han sido publicadas oficialmente.
Washington sostiene que el objetivo de estas operaciones es combatir las redes internacionales de narcotráfico y que los ataques tienen como objetivo barcos asociados a estas redes o grupos considerados «narcoterroristas».
La posición de Colombia y la respuesta de Petro
En respuesta a un pedido de retractación, Gustavo Petro exigió transparencia: exigió que Estados Unidos revele los nombres de los muertos en los atentados para verificar su historia. Además, describió estas operaciones como una «guerra por el petróleo» más que como una lucha contra el contrabando.
Petro también dijo que plantearía el tema a los gobiernos europeos durante su estancia en Bruselas, pidiendo apoyo diplomático regional.
Implicaciones diplomáticas y regionales
El episodio se produce en medio de una creciente militarización en el Caribe, donde Estados Unidos ha desplegado buques de guerra, equipos de vigilancia y fuerzas especiales. Algunos países vecinos interpretan estas maniobras como parte de una política de presión sobre Venezuela que puede tener efectos colaterales en Colombia.
La escalada en las relaciones entre Bogotá y Washington sigue a una serie de fricciones recientes: retiros de visas, cuestiones sobre políticas de drogas y disputas comerciales.
para resumirla controversia se centra en una acusación grave sin evidencia pública clara, una demanda diplomática directa de una retirada y relaciones tensas entre Colombia y Estados Unidos, con posibles implicaciones para la política regional y la cooperación en materia de seguridad.
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