Los datos artificiales no son suficientes, por lo que Apple desea que los usuarios optimicen su inteligencia artificial.

Apple Intelligence ha llegado, pero su lanzamiento no ha sido tan espectacular como muchos anticipaban. Esta propuesta innovadora de la compañía todavía tiene Amplitud tanto en inglés como en español. Aunque se esperaba que sirviese como un potente argumento de ventas, sus efectos en los usuarios han resultado bastante moderados. Las primeras reseñas han sido variadas, y hasta el momento no ha surgido un entusiasmo significativo que respalde su introducción en el mercado.

Desde la sede de Cupertino, Apple está tomando medidas proactivas para fortalecer una de las iniciativas de software más ambiciosas que ha emprendido en su historia reciente. Las tácticas que se están implementando abarcan dos frentes principales: por un lado, la rumorada reestructuración del equipo encargado de Siri, cuya versión mejorada se ha pospuesto hasta 2026, y por el otro, el desarrollo de nuevas técnicas que tienen como objetivo optimizar sus modelos de lenguaje, todo ello sin descuidar su conocido compromiso con la privacidad del usuario.

Avanzando más allá de los datos sintéticos

Apple generalmente entrena sus modelos utilizando datos sintéticos y datos anotados por humanos, una estrategia que ha demostrado ser efectiva hasta cierto punto, aunque no siempre captura la complejidad del mundo real. Esta limitación conlleva restricciones en la funcionalidad de los productos de inteligencia artificial. En vistas de este desafío, se ha emprendido un proceso bajo la dirección de Tim Cook, que combina datos sintéticos con Señales anónimas provenientes de dispositivos participantes.

Tal como se explicó en un artículo publicado recientemente, todo comienza con la creación de un mensaje sintético, por ejemplo, un correo electrónico que Apple genera, el cual imita un formato que simula correos electrónicos reales. Un ejemplo de esto sería: «¿Te gustaría jugar al tenis a las 11:30 a.m. de mañana?» A partir de este mensaje base, se generan múltiples variaciones que introducen cambios en elementos como el tipo de deporte, el horario o incluso el tono, con la finalidad de explorar diversas estructuras potenciales.

Estas distintas oraciones se envían a un conjunto de dispositivos cuyos usuarios han consentido compartir análisis con Apple. Es esencial destacar que cada iPhone, iPad o Mac toma una selección de correos electrónicos reales y los convierte mediante un proceso denominado Incrustación local, donde se representan matemáticamente los mensajes como números que reflejan su tema, estilo y longitud. Es vital que estos correos electrónicos nunca abandonen el dispositivo, asegurando así la privacidad del usuario.

Posteriormente, el sistema compara las Incrustaciones sintéticas que Apple ha creado previamente con las Incrustaciones de los correos electrónicos reales para determinar cuál de ellas es más similar. Esta evaluación de similitud da lugar a una señal anónima que indica «esta versión se superpone mejor». Esta información se envía a Apple sin revelar el correo electrónico original ni la Incrustación correspondiente al usuario. Así, la compañía busca aprender qué variantes sintéticas se asemejan más al uso del lenguaje en la vida real, sin tener acceso a contenido privado específico.

El propósito es claro: mejorar características de inteligencia de Apple, como funciones para resumir correos electrónicos o herramientas para redactarlos de manera más efectiva.

Esta metodología se sostiene sobre las mismos avances en protección de datos que Apple ya ha implantado en otras funcionalidades, como en Genemoji. En este contexto, la empresa recolecta Señales anónimas sobre las Solicitudes que son más populares, tales como «un dinosaurio con un sombrero», para optimizar los resultados sin rastrear qué usuario realizó la solicitud.

La propuesta es simple, pero de una gran relevancia. Al avanzar en mejoras sin la necesidad de utilizar datos de usuario, Apple puede mantener su firme compromiso con la protección de datos que ha defendido a lo largo de los años.

Esta novedosa tecnología se implementará en las próximas versiones beta de iOS 18.5, iPadOS 18.5 y macOS 15.5. Es importante mencionar que solo se activará para aquellos usuarios que opten por permitir el análisis en la configuración de privacidad de sus dispositivos. Por lo tanto, si prefieres no ser parte de este sistema, puedes deshabilitarlo en cualquier momento. Solo necesitas dirigirte a Ajustes > Privacidad y seguridad > Análisis y mejoras y desactivar la opción «Compartir análisis del iPhone».

Fotos | Apple | Appshunter

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