La joven taekwondista Blanquita Escobar enorgulleció al departamento de Casanare al proclamarse campeona de lucha en la categoría -30 kg infantil B durante el III Campeonato Mundial Abierto Infantil de Taekwondo, que se desarrolló en la ciudad de Sogamoso, Boyacá, del 6 al 12 de octubre. Su victoria no fue sólo un logro deportivo, sino también el resultado de años de esfuerzo, constancia y disciplina.
Luchar
Blanquita, con apenas unos años de experiencia en tatami, demostró una técnica impecable y espíritu de lucha, gracias a lo cual superó a grandes competidoras de varios países. En cada partido demostró seguridad en sí mismo, velocidad y una concentración admirable, características que le permitieron subir al podio y ganar la medalla de oro, símbolo de que sus sueños se hacían realidad.
Triunfo
El triunfo de Escobar fue también un premio al compromiso de su entrenadora Lida Hernández, quien la ha acompañado desde sus primeros pasos en el taekwondo. Hernández enfatizó que la medalla es fruto de largas jornadas de entrenamiento, sacrificios familiares y una inquebrantable determinación de luchar por la excelencia. «Blanquita es una deportista dedicada, disciplinada y con una fortaleza mental admirable. Este oro es un reflejo de su amor por el deporte y el apoyo incondicional de sus padres», afirmó el entrenador.
El III Mundial de Taekwondo Infantil, celebrado en el Centro Internacional de Alto Rendimiento Sogamoso, reunió a jóvenes deportistas de países como México, Estados Unidos, Costa Rica, Ecuador, Perú y República Dominicana, convirtiéndose en un vibrante escenario de talento y pasión. La jornada inaugural estuvo llena del entusiasmo de las delegaciones y del alto nivel técnico de los participantes, quienes demostraron que el taekwondo infantil es fuente de futuras estrellas internacionales.
La Liga Casanare de Taekwondo celebró el logro de Escobar, destacando que este nuevo título confirma el desarrollo deportivo del departamento y la importancia de invertir en los procesos de formación de las nuevas generaciones. Su medalla de oro no sólo elevó el prestigio de Casanare, sino que inspiró a otros niños y niñas a seguir sus pasos en el deporte.
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