

“Era una estatua de cuerpo entero y le pusieron un cartucho de dinamita; yo tomé un brazo de puro bronce”, dice Orlando Rueda, vecino de Barrancabermeja. Según otro testimonio, la estatua fue derribada y arrojada al agua del río Magdalena cerca de Campo Galán.
¿mito? ¿Realidad? Es cierto que la estatua existió, y así lo demuestra lo definido en el Concejo Municipal1así como varios registros fotográficos que lo inmortalizan. Documentos y testimonios que demuestran la decisión popular de evitar que el líder nacional asesinado caiga en el olvido.
La estatua, que fue colocada en la carrera 3 entre las hoy 48 y 49, en el sector comercial de Barrancabermeja, fue cuidada por los gaitanistas que sobrevivieron a los hechos que siguieron al asesinato del líder popular, hechos tan significativos como la propia «Comuna de Barranca». Son muchos los voluntarios, que ponen persistentemente en peligro sus vidas, mientras el régimen reprime sin piedad cualquier expresión política e ideológica que difiera del status quo, la corona y la lava, en una clara expresión de afecto y compromiso con las ideas de un líder que ha alimentado pacientemente la desobediencia social.
Era una forma de resistir a las autoridades y al régimen criminal de aquella época, que perseguía y criminalizaba todo pensamiento disidente, ya fuera liberal o comunista. No había lugar para la disidencia y ésta era motivo de persecución, encarcelamiento, desaparición o simple asesinato.
Era la década de 1950, en plena Guerra Fría, con Colombia como uno de los países piloto del impulso anticomunista de Estados Unidos. Su participación en la Guerra de Corea con el llamado «Batallón Colombiano» expresa claramente esta realidad. El ideal anticomunista que eventualmente impregnará el régimen colombiano durante décadas, encarnado luego en la doctrina de seguridad nacional, y luego en el uribismo y el paramilitarismo, estas dos últimas expresiones de política nacional, conflicto armado y control social, aún con expresiones vivas y encarnación en amplios segmentos sociales, incluidas amplias capas populares.
Afecto al líder
El gaitanismo se encarnó en Barranca como consecuencia del accionar constante y de largo plazo de Jorge Eliécer Gaitán, defensor de la clase trabajadora, como lo demuestra el debate en el Congreso de la República sobre la masacre de los bananeros, así como el papel activo que tuvo en las jornadas de junio de 1929.2todo lo cual afectó a la clase trabajadora petrolera y otros sectores de producción.
Esta sintonía con el pueblo gaitán lo animó, brindándole canales de expresión disidente dentro del Partido Liberal, cuya primera encarnación fue la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria (UNIR), creada en 1933.
Como uno de los epicentros de las luchas obreras de la época, Gaitán regresaría varias veces a Barrancabermeja, ganando cada vez más apoyo. La sintonía quedó claramente expresada cuando la USO declaró una huelga general (8 de enero de 1948 – 24 de febrero) para devolver a Colombia los campos petroleros que formaban parte de la concesión Mares, acción que daría paso a Ecopel unos años después (1951, cuando terminó la concesión Mares).
La huelga tuvo éxito en todos los niveles y Gaitán le dio todo su apoyo. También el Ayuntamiento, de mayoría gaitanista, que aprobó una resolución que expresa:
1.) Declarar que ayer se inició pacíficamente el movimiento de trabajadores petroleros al servicio de la Tropical Oil Company, determinado por causas de eminente justicia, un movimiento civil en defensa de los intereses nacionales. 2.) Declaramos que el Consejo Municipal de Barrance se solidariza con la heroica lucha de los trabajadores petroleros. 3.) Llamar a la ciudadanía a defender a los trabajadores petroleros, cuya bandera en este caso es la misma bandera de Colombia, y dar su apoyo moral y económico al movimiento. 4.) Con mucho respeto, solicitar al Congreso Nacional que intervenga para resolver de una vez por todas la injusticia de los trabajadores que son victimizados en detrimento de los intereses nacionales. 5.) Pedir a todos los consejos departamentales y republicanos que den apoyo y solidaridad a la causa obrera, que es un asunto de país.3.
El concejo municipal también aprobó un apoyo económico solidario, que ascendió en su momento a cinco mil pesos, y para poder entregarlo tuvo que enfrentar la oposición del gobernador conservador.
La Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), con hegemonía del gaitanismo, continuó de la misma manera, convocando en Bogotá el 13 de enero, seis días después del paro petrolero, a una manifestación combativa en apoyo a los trabajadores de la USO. «Ese día, veinticinco mil trabajadores desfilaron por las calles, demostrando su apoyo al movimiento patriota, desde la estación Sabana en la calle 13 hasta el edificio del Ministerio de Trabajo. Los sindicatos portaban pancartas y grandes carteles protestando por los bajos salarios y de igual manera exigían la reintegración de los trabajadores despedidos por la Tropical.» El carácter antiimperialista de esta lucha era evidente.
El avance del gaitanismo en Barrancabermeja quedó claramente marcado en las elecciones de 1947 para Senado, Cámara de Representantes, Asambleas de Distrito y Concejos Municipales, que ganó al resultar electos 12 de sus miembros, entre directores y diputados, contra 6 del partido conservador. Algunos de los elegidos, entre ellos Rafael Rangel Gómez, jugarían un papel destacado en el levantamiento popular -la Comuna de Baranco- que siguió al asesinato del amado líder.
Es este sentimiento gaitanista, esta identificación con las ideas antioligárquicas, con el llamado a restaurar la moral de la república -anticorrupción-, junto con la realización de la verdadera democracia, lo que llevó al deseo de que el líder nacional asesinado estuviera presente en la ciudad, en forma de una estatua, definiendo como su personalidad la fotografía que tomó Lunga»[…] en lo alto de la tribuna y que (lo) representaba […] con el puño en alto y el rostro distorsionado por el rictus de su característica oratoria”.
Para su ubicación, el Concejo Municipal definió «[…] paseo marítimo, en dirección a la calle Santander.” La misma autoridad municipal aprobó 56 mil pesos para el terreno que necesitaba ser ampliado, para lo cual hubo que expropiar el terreno.
La escultura, en bronce, fue tallada por el maestro Luis Pinto, escultor egresado de la Universidad Nacional, en la fecha señalada y plantada en el lugar indicado el 8 de abril de 1949. Otras obras similares del mismo maestro fueron plantadas en Girardot -el 15 de mayo de 1949- precedida por la aprobada por el Concejo Municipal49 en Bogotá8. barrio La Providencia, que como resultado del Acuerdo 67. En el mismo año pasó a denominarse Barrio Gaitán.
odio de clase
El 9 de abril, como se sabe, dio paso a una resistencia de otro orden. Tuvimos que resistir la ofensiva gótica, su intento de matar a cualquiera que intentara seguir las ideas plantadas por Jorge Eliécer Gaitán, así como cualquier otra idea de cambio.
Así se formaron las llamadas «guerrillas liberales»; los primeros organizados en Santander fueron los gaitanistas de Rafael Rangel Gómez, y los más famosos se extendieron por los llanos orientales. Contra toda esta resistencia, el gobierno de Laurean Gómez lanzó una extensa y duradera represión llevada a cabo por las formaciones paramilitares de la época, conocidas como «pajaros».
Fue este gobierno el que destruyó en Baranca la estatua que inmortalizaba a alguien que, además de un hombre, era considerado un pueblo. Los registros de esto son imprecisos, pero realistas. Lo efectivo es que su destrucción fue una decisión planificada y decidida para borrar de la memoria del pueblo a la persona que logró romper la hegemonía bipartidista que había controlado y manipulado las energías del pueblo durante más de un siglo. Una decisión ideológica y política, con un efecto cultural, la expansión de la violencia armada que mató en todo el país a quienes se negaron a continuar con la cabeza gacha y la boca cerrada, a quienes entendieron que el momento de un nuevo Estado estaba a la orden del día.
La vecina del lugar donde se ubica el monumento narra lo sucedido:[…] La policía de Čulavita lo retiró por la noche. […] y que después desaparecieron, probablemente arrojándola al río. En aquella época, el toque de queda era algo habitual, es decir, normal, por lo que durante uno de ellos una estatua fue atacada, porque era un lugar de culto popular».
Otro testimonio, el de Germán Villarreal Turiz, exdirigente del Sindicato de Trabajadores, recuerda la destrucción de la estatua: “[…] a principios de los 50 […] «Un grupo de conservadores acompañados de policías chulavitas cubrieron la estatua con una sábana, la derribaron, la subieron a un camión y la arrojaron al río Magdalena a orillas del Campo Galán».
Lo sucedido, contado de diferentes maneras por una persona y otra, muestra que Gaitán ya no era sólo un recuerdo del deseo antioligárquico popular, sino un mito, una prueba de que había trascendido su existencia corpórea para perpetuarse como un referente del cambio que aún quiere la mayoría popular en Colombia.
1 Arturo Restrepo Tolosa narra lo que se define así: “El Consejo de Gobierno (sic) adjudicó la construcción de una estatua al Dr. Jorge Eliécer Gaitán, maestro Don Luis Pinto Maldonado, la cual se está haciendo como la que se hizo para Girardot. Dentro de noventa días estará terminada la estatua, como espero que se termine la estatua, porque se terminó la estatua, el paseo, en dirección a Santander. Calle. Pero es necesario ampliar este camino, están asignados en el presupuesto para el próximo año. […] Considerando el inmortal apotegma del Gran Ausente, Dr. Gaitán, sobre la renovación moral de la república…”
2 En protestas estudiantiles contra la hegemonía conservadora fue asesinado Gonzalo Bravo, hechos en los que varios resultaron heridos y detenidos. Hechos relatados por Jorge Eliécer Gaitán.
3 Archivo Ayuntamiento de Barrancabermeja. Libro de Registro del Ayuntamiento de Barrancabermeja, 1948. Tomado de: Fabio Rodríguez Villa. Petróleo y lucha de clases. Bogotá, Corporación Aury Sará Marrugo y Unión Sindical Obrera, 2023.
Este, así como las notas que siguen, corresponden al artículo «Violencia simbólica para borrar la memoria de la lucha. Destrucción del primer monumento a Gaitán en Barrancabermeja», escrito por el mismo autor de este artículo.








