La destitución del alcalde de Girardot debido a supuestas irregularidades.

Edison Cuellar ha expresado una firme crítica en contra del alcalde de Girardot y su equipo tras la reciente difusión de fotografías que los muestran a bordo de un barco policial disfrutando de cerveza. Lo que resulta aún más alarmante es que estas imágenes parecen haber sido tomadas durante lo que debería ser un tiempo de servicio público. Cuellar, conocido por su postura recta y su compromiso con la ética en la administración pública, no dudó en calificar este comportamiento como un mal ejemplo para la ciudadanía y para otros servidores públicos.

El líder político subrayó que las acciones de los funcionarios son fundamentales para mantener la confianza del público en las instituciones. “La conducta de quienes están en posiciones de poder debe ser ejemplar. Ciertamente, exhibir un comportamiento tan despreocupado y poco profesional durante las horas de trabajo es inaceptable”, expresó Cuellar. El hecho de que los servidores públicos opten por practicar actividades recreativas en un ambiente de trabajo, en lugar de cumplir con sus funciones, envía un mensaje confuso a la población sobre el compromiso de sus líderes con el bienestar colectivo.

Cuellar añadió que esta no es solo una cuestión de comportamiento social, sino que también implica serias implicaciones legales para los involucrados. “Es necesario que este asunto sea escalado a las autoridades pertinentes. No puede quedar en la superficie como un simple escándalo mediático. Exigimos que se tomen medidas”, afirmó. Además, hizo énfasis en que tanto el alcalde como sus funcionarios deberían enfrentarse a las consecuencias legales de sus acciones, incluyendo multas por romper normas de conducta. “Los ciudadanos merecen representación que actúe dentro de los marcos legales y con integridad”, subrayó Cuellar.

La polémica generada por estas imágenes no solo ha capturado la atención de la prensa local, sino que también ha suscitado reacciones entre los ciudadanos, quienes han expresado su decepción y frustración. Muchos creen que este tipo de comportamiento subestima el seriedad del trabajo que realizan los funcionarios públicos y demanda un cambio en la cultura política del país. El clamor popular sugiere que los ciudadanos están cansados de ver cómo sus representantes ignoran las normas que ellos mismos deben seguir.

Además, este incidente se produce en un contexto donde la población espera cada vez más responsabilidad y transparencia de sus líderes locales. Las redes sociales se han convertido en un canal importante donde los ciudadanos expresan su indignación, y por ese motivo, Cuellar también hizo un llamado a la comunidad para mantener la vigilancia sobre las acciones de sus administradores, enfatizando que solo a través de la participación ciudadana se puede asegurar que los funcionarios actúen en beneficio de la población.

La situación en Girardot es un recordatorio contundente de que la ética y la profesionalidad deben prevalecer en la administración pública. Cuellar, al poner en relieve esta problemática, espera que se tomen acciones apropiadas que refuercen la confianza ciudadana en sus líderes y se recupere la dignidad del servicio público en esta y otras comunidades del país.

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