La contestación que los seleccionadores ya no desean oír en entrevistas de trabajo.

En cada proceso de selección de personal, existe un instante que provoca nerviosismo en muchos candidatos, y otros pocos parecen afrontarlo con una comodidad sorprendente. Este momento culminante se relaciona con una de las preguntas más temidas y, a la vez, más comunes: «¿Cuál es tu mayor debilidad?».

La presión por actuar como el candidato ideal para el puesto puede resultar abrumadora. Responder de manera inapropiada a esta pregunta puede causar una mala impresión y, potencialmente, eliminar las posibilidades de éxito en la entrevista. Andrea Ramos, socióloga y experta en TikTok, lo explica de manera clara en su canal @Reclutidovoy y, específicamente, en uno de sus videos, donde afirma que los reclutadores ya están cansados de escuchar las mismas respuestas de siempre.

A pesar de lo que muchos pueden pensar, sí existe una forma adecuada de abordar esta pregunta, y varios expertos en reclutamiento han compartido sus estrategias. La clave está en la autenticidad y la reflexión.

Milagro por una buena razón

Durante el proceso de selección, es inevitable que surja la pregunta sobre debilidades, y los candidatos deben ser conscientes de la importancia de sus respuestas.

Respuestas como «No me puedo despertar por la mañana» o «Tiende a evitar problemas» no sólo resultarán inadecuadas, sino que probablemente llevarán al candidato a una rápida eliminación del proceso. Estas afirmaciones solo resaltan debilidades que no son aceptables en la mayoría de los roles que requieren una conducta profesional adecuada.

De acuerdo con Sonia Rodríguez, consultora senior en Ingeniería Técnica para Randstad y con más de una década de experiencia en selección de personal, «el objetivo de esta pregunta es evaluar el nivel de autoconocimiento que tienen los candidatos sobre sus habilidades profesionales. Lo que realmente queremos conocer es qué aspecto desean mejorar como trabajadores, dejando de lado aspectos puramente personales».

Por su parte, Lidia Sanz Costa, experta en selección, desarrollo y formación en Iman, agrega que «el verdadero propósito de esta pregunta no es solamente identificar en qué habilidades carece el candidato, sino también entender cómo se percibe a sí mismo, cuál es su manejo de las debilidades y si estas pueden tener un impacto directo en el rol para el que está aplicando».

«Soy muy perfeccionista»: la respuesta que ya no funciona

Andrea Ramos subraya que una de las respuestas más frecuentes a esta pregunta es, sin duda, «Soy muy perfeccionista». Según Rodríguez, «decir ‘soy muy perfeccionista’ o ‘soy muy responsable’ es una respuesta que quizás el 90% de los candidatos utilizan, lo que la convierte en una respuesta cliché».

Este tipo de afirmaciones se han vuelto banales y, por lo tanto, los reclutadores las identifican casi de inmediato. Como resultado, desconfían de su sinceridad. La cuestión con estas respuestas es que están más en línea con un discurso sacado de Internet o de LinkedIn, y no ofrecen información auténtica sobre el candidato.

«Buscamos sinceridad. Si alguien asegura que trabaja bien en equipo, pero luego evita participar en reuniones, se produce una contradicción que genera desconfianza. Por eso, apreciamos que los candidatos compartan una debilidad genuina y expliquen cómo están trabajando para mitigarlas», añade Sanz.

Errores frecuentes y la forma correcta de reaccionar

Entre los errores más comunes al responder a esta pregunta está el evitar el tema o responder con monosílabos, así como la intención de negar tener alguna debilidad. «La clave está en ser honesto y natural. Al final, nadie es perfecto. Como digo en mis entrevistas: ‘Todos tenemos áreas en las que podemos seguir trabajando para ser mejores cada día'», comparte el experto de Randstad.

Según Lidia Sanz, lo ideal sería identificar una debilidad real, siempre que no afecte directamente el rendimiento en el puesto y, crucialmente, explicar las acciones que se están tomando para superarla.

El hecho de reconocer una debilidad y mostrar interés por mejorar habla mucho sobre un profesional. «Si un candidato menciona que le cuesta hablar en público, debería agregar que ha estado tomando iniciativas, como asistir a presentaciones o participar en talleres, con el fin de aumentar su confianza. Estos son ejemplos valiosos y muestran un enfoque positivo», recomienda el reclutador.

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Imagen | Sin obstáculos (Christina @ wocintechchat.com y Jason Goodman)

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