Ucrania ha celebrado su reciente acuerdo económico con los Estados Unidos. Sin embargo, permanece firme en su decisión de no ceder ningún territorio. Esto contrasta con los desafíos que enfrenta de Rusia y los problemas asociados con los planes del presidente Donald Trump. Mientras tanto, Moscú intensifica su ofensiva.
Fecha: 04.05.2025. En la semana pasada, se firmó un acuerdo entre Ucrania y Ahora, permitiendo la explotación conjunta de recursos minerales estratégicos. Este acuerdo ofrece a Kiev la confianza necesaria para resistir la novedosa y brutal ofensiva rusa. La elocuente presentación de su ministro de Asuntos Exteriores, Andrí Sibiga, ante el parlamento ucraniano, subraya la determinación de Ucrania de combatir a Moscú. Sin embargo, también plantea serias dudas acerca de las intenciones del presidente Donald Trump respecto a desplazarse pronto.
Si la intención de Washington era utilizar este acuerdo sobre recursos naturales críticos en Ucrania como palanca para asegurar la entrega de parte del territorio a Rusia a cambio de detener la guerra, Kiev parece no estar dispuesta a seguir esa estrategia. Esta propuesta sería, de facto, una capitulación ante Moscú.
La Casa Blanca ha considerado que, desde que Trump asumió la presidencia hace poco más de 100 días, la pérdida de territorio para Ucrania se ha vuelto una realidad con la que deben lidiar. Ha habido señales en el acceso entre Trump y el presidente ruso, Vladimir Putin, que apuntan en esta dirección.
Sin embargo, la situación cambió notablemente en la última semana. Ahora, Kiev confía en que el acuerdo económico con los Estados Unidos le otorga margen de maniobra para presionar a Trump a reconsiderar su plan que propone una división del territorio ucraniano. Este nuevo acuerdo cuenta con un respaldo financiero europeo que le permitirá a Kiev continuar adquiriendo armamento estadounidense mientras deja algunas negociaciones abiertas.
No es sencillo mediar en Washington acerca del conflicto y la superioridad militar de Rusia. Hay avances en el este, especialmente en Donetsk; en el centro, en la región de Dnipropetrovsk, y en el sur, en Zaporiyia. Además, en el norte, se han visto fortalecidas las posiciones rusas en las regiones de Sumi y Jarkov.
Gran ofensiva rusa
Kiev ha comunicado que se está preparando para un ataque a gran escala durante este verano. Según informes desde Ucrania, las posiciones cercanas que el ejército ucraniano aún controla en la región de Donetsk son el escenario de los combates más intensos actualmente.
El plan ruso consiste en aprovechar las áreas menos defendidas por el ejército de Kiev en Dnepropetrovska para penetrar en el corazón de Ucrania, incluso a costa de dejar otras zonas sin conquistar como una especie de cortina.
El próximo 9 de mayo, cuando se celebra el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, un acontecimiento significativo por sus connotaciones históricas, marcará un momento crucial para el Kremlin, que busca presentar nuevos éxitos militares en la Plaza Roja.
Recuperar áreas del óblast ruso de Kursk bajo el control ucraniano se proyecta como una victoria que Putin se apresta a presentar en la conmemoración. Sin embargo, la presión militar se extiende, y los ataques con drones y bombardeos convencionales se intensifican.
Kyiv utiliza un raro acuerdo para la impresión
Ucrania usa su acuerdo con Estados Unidos para la gestión de recursos raros y otros minerales críticos, buscando revitalizar su relación con Washington tras desacuerdos en meses recientes. La estrategia del gobierno ucraniano es demostrar que aún no ha perdido la guerra. A pesar de los avances rusos, Kiev tiene aún mucho que ofrecer.
En el ámbito diplomático, el gobierno ucraniano también ha lanzado una ofensiva decisiva al firmar dicho acuerdo en Washington. Mientras que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, mostró la mejor cara de su gobierno ante Trump, Sibiga dejó en claro que la guerra aún no ha terminado, evidenciado la resistencia ucraniana a reconocer la anexión de 2014.
El viernes pasado, Sibiga pronunció un discurso desafiante en el Trabaj Supremo – Parlamento ucraniano, enfatizando que Kiev nunca reconocerá la anexión realizada por Rusia en 2014. Ucrania se ha manifestado en contra de cualquier desmilitarización que Moscú exija como parte de los términos para firmar una paz.
«Primero, no reconoceremos ninguna de las ocupaciones temporales de Rusia. En segundo lugar, no aceptaremos restricciones sobre la estructura o capacidad de nuestro poder de defensa ni limitaciones en nuestra industria de defensa», exclamó Sibiga.
Ucrania analizará la recepción de la OTAN
Sibiga también enfatizó la búsqueda de la entrada de Ucrania a la OTAN, a pesar de las posibles objeciones rusas y la postura de la Casa Blanca bajo Trump. «No aceptaremos restricciones en nuestras decisiones políticas, especialmente al elegir a qué alianzas deseamos unirnos», comentó Sibiga.
En el marco de un alto el fuego de tres días declarado por Moscú por el Día de la Victoria, Sibiga propuso un alto el fuego «incondicional y total, por al menos treinta días». Ucrania ha dejado claro que no desea una «paz a cualquier precio», aunque está dispuesta a seguir dialogando con Moscú.
El contrato de explotación mineral incluye la compra de armas de los EE. UU.
Una parte clave de este acuerdo de explotación entre Ucrania y Estados Unidos incluye la creación de un fondo de reconstrucción. Este pacto garantizará la entrega continua de armas a Ucrania como parte de su contribución a ese fondo.
De esta manera, Washington no interrumpirá el suministro de armamento a Kiev, algo que se había vuelto incierto en meses recientes. Este esquema cuenta con el sello de aprobación de la administración del presidente Joe Biden.
Por otro lado, Greens busca aprovechar la creciente insatisfacción de Trump con la postura rusa para negociar territorios. Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón son partes de una discusión más amplia, junto con la península Crimea. Moscú ha hablado de una tregua incondicional, pero eso requiere la rendición de Ucrania.
Relación conflictiva entre Zelenski y Trump
Recientemente, Zelenski expresó que su relación con Trump ha deteriorado desde su tumultuosa reunión en la Casa Blanca a finales de enero. Sin embargo, se destacó una reunión breve en el Vaticano como un punto de inflexión.
Durante la conversación, se discutió la posibilidad de implementar sanciones más severas contra Moscú antes de negociar un final a la guerra. Zelenski afirmó que su país necesita recibir aproximadamente 15,000 millones de dólares en ayuda este año, y un monto similar el próximo, de acuerdo a lo ya aprobado por el Congreso.
Se espera que parte de esta asistencia incluya sistemas antiaéreos, uno de los requerimientos más cruciales para Kiev. El primer vicepresidente ucraniano, Yulia Svyrydenko, discutió en Washington, luego de la podpisanie del acuerdo económico con el secretario del Tesoro, Scott Camas, que estos sistemas de defensa deben formar parte del pacto.
La dura realidad llega a Trump: el final no está cerca
El vicepresidente estadounidense, JD Vance, declaró recientemente que «la guerra ucraniana no se resolverá pronto», una afirmación que refleja una mejor comprensión de la realidad del conflicto por parte de Trump y contrarresta sus deseos de que todo se resuelva rápidamente.
La situación en el terreno de batalla marcha en esa dirección. Rusia está preparando la prolongación de la guerra tanto como sea necesario y no cedera ni un centímetro de los territorios conquistados.
El ministerio de defensa ruso anunció que su ejército está creando una zona regulada en la región de Sumi, en la frontera con Kursk, Rusia. La intención de establecer esta «zona de exclusión» fue ordenada por Putin hace meses y su implementación implica nuevos despliegues de ferrocarriles en el norte de Ucrania.
Lo que añade una inquietud considerable es que en esta zona de seguridad podrían participar tropas norcoreanas que han ayudado a movilizar a Kursk. Esto ha generado preocupaciones en Kiev, así como en Washington. Aunque Moscú afirma que esta zona protege contra las incursiones ucranianas en Kursk, la presencia de miles de soldados rusos en la región aumenta los temores de Kiev sobre la posibilidad de una nueva ofensiva por parte del Kremlin.
Con toda esta información en manos del Pentágono, Trump se ha mantenido firme en su postura de que la paz no se conseguirá a cualquier precio.