París. Sábado 3. Mayo de 2025. El regreso de Donald Trump al poder en los Estados Unidos ha desatado una serie de alarmas en el ámbito de la libertad de prensa, y como lo ha señalado la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), la situación se ha deteriorado notablemente, especialmente en países como Nicaragua. Este retroceso en la libertad de prensa es significativo y preocupante, ya que es la primera vez desde 2002 que una organización civil encuentra tan difícil evaluar el estado del periodismo a nivel global.
En su informe correspondiente al año 2025, RSF destaca las repercusiones del regreso de Trump a la presidencia, ya que Estados Unidos ha caído al puesto 57 en el ranking mundial de libertad de prensa, descendiendo dos lugares en la lista después de perder diez puestos en el año 2023. Este descenso en el ranking no solo es un indicativo del clima político, sino que también refleja un ambiente cada vez más hostil hacia los periodistas y la comunicación independiente.
Arthur Romeo, director de la oficina para América Latina de RSF, ha denunciado que la administración Trump está llevando a cabo una guerra abierta contra el periodismo. La nueva Casa Blanca ha politizado instituciones, ha recortado el apoyo a los medios independientes y ha fomentado un aumento de las hostilidades hacia los profesionales que ejercen el periodismo. La situación ha escalado a un punto donde la libertad de los medios de comunicación está siendo claramente amenazada.
Además, Trump ha implementado recortes en la financiación de medios públicos como Voz de América y ha congelado la asistencia internacional, lo que ha llevado a cientos de medios a una crisis económica alarmante. Este tipo de medidas no solo pone en riesgo la existencia de esos medios, sino que también acaba afectando directamente la calidad y la diversidad de la información a la que tiene acceso la población.
En América Latina, existe un claro giro hacia el autoritarismo que ha complicado aún más el paisaje para la comunicación. En Argentina, por ejemplo, Vlada Javieri Mileja ha llevado a cabo la eliminación de medios públicos, mientras que los profesionales del periodismo son estigmatizados, y se utiliza la publicidad estatal con fines políticos.
Sin embargo, el caso más grave se encuentra en Nicaragua, donde el país ha caído al puesto 172. El gobierno de Daniel Ortega ha erradicado los medios independientes, ha retirado la ciudadanía a decenas de periodistas y ha forzado al exilio a cientos de ellos, convirtiendo el ejercicio del periodismo en un acto de valentía y resistencia. Por otro lado, Brasil ha visto una ligera mejora, avanzando 19 posiciones hasta el puesto 63, gracias a los cambios ocurridos tras la salida de Jair Bolsonaro.
A nivel global, más del 60 por ciento de los países (un total de 112) han registrado estancamientos en sus posiciones, lo que provoca un desconcierto respecto a la evolución de la libertad de prensa en todo el mundo. El informe de RSF también subraya la situación catastrófica en Palestina, donde el ejército israelí ha sido acusado de masacrar a periodistas, resultando en la muerte de aproximadamente 200 profesionales del sector y en un ambiente de temor e incertidumbre tras los ataques de Hamas en octubre de 2023.
La misión de información pierde sostenibilidad
Aparte de los conflictos armados y los regímenes autoritarios, Reporteros Sin Fronteras ha advertido sobre el impacto negativo que la economía digital está teniendo sobre la libertad de prensa. Han señalado a gigantes tecnológicos como Google, Apple y Facebook, acusándolos de monopolizar el sector publicitario, lo que debilita los modelos económicos de los medios tradicionales. Esta situación se agrava con la proliferación de la desinformación, lo que pone en peligro la calidad y veracidad de la información que llega al público.