El Ministro de Defensa, Pedro Sánchez, acompañado por el Director de la Policía Nacional, el general Carlos Triana, ha anunciado oficialmente que el glifosato se reintroducirá en las operaciones destinadas a combatir el cultivo ilegal en Colombia. Este retorno del uso del glifosato viene en un momento de gran relevancia, ya que se están estableciendo áreas prioritarias específicas donde se llevarán a cabo estas acciones. Estas decisiones se basan en los síntomas presentes en las regiones afectadas y en un análisis profundo de la situación.
En relación a esta medida, el Ministro de Defensa expresó que «nuestro enfoque gubernamental es transformar el territorio. No se trata solo de erradicar los cultivos de coca, que son la raíz del problema del contrabando de drogas. La verdadera meta es implementar un intercambio genuino y rentable que beneficie a las comunidades afectadas». De esta manera, el gobierno no solo pretende eliminar los cultivos ilegales, sino también ofrecer alternativas sustentables y viables para los agricultores que se ven atrapados en este ciclo de ilegalidad.
Por su parte, el Jefe de Policía, el general Carlos Triana, hizo hincapié en que la erradicación de cultivos mediante el uso de glifosato no se llevará a cabo usando métodos aéreos. En su declaración, confirmó que este procedimiento será terrestre y manual. Aseguró que el uso de aviones para la aplicación de glifosato no ha sido una práctica utilizada en muchas años, debido a los daños significativos que ha causado al medio ambiente, lo que refleja una clara evolución en la postura del gobierno hacia las preocupaciones ecológicas.
El anuncio del regreso del glifosato ha suscitado una serie de inquietudes, especialmente en la región de Nariño. Históricamente, el uso de glifosato ha generado controversias considerables, especialmente en áreas donde los efectos del herbicida han sido dañinos. Muchas comunidades han alzado su voz en contra de esta práctica debido a los efectos adversos que sufrieron en el pasado. Los municipios que expresan su preocupación incluyen Cumbitara, Policarpa, Los Andes, El Rosario, Taminango, Mosquera, La Tola, Olaya Herrera, Francisco Pizarro, El Pudo, Ricairte, Mallama, Barbacoas, Roberto Payán y Maguí Payán, entre otros. Es evidente que hay un sentimiento de desconfianza hacia esta medida, y diversas comunidades están temerosas de que los problemas del pasado se repitan.
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