La unidad de víctimas coordinó con éxito la operación de la transferencia del último grupo de la comunidad Emberaá se estableció en Bogotá, que permaneció en la UPI La Florida.
Unas 350 personas llegaron a Pueblo Rico, Risaralda, el jueves por la noche, donde luego se mudaron a sus territorios familiares ubicados en las zonas rurales de las facultades de Chocó y Risaralda.
En esta última fase de la operación, se transfirió un total de 1401 Emberá indígena, que llegó al producto de Bogotá del desplazamiento forzado debido al conflicto armado.
Desde entre la población total, 744 llegó a Alto y se acumuló, 333 hasta Gito Dorabú, 259 hasta los Chamí Unidos y 65 a otros territorios, donde continuarán recibiendo ayuda humanitaria dentro de la ruta de atención interinstitucional organizada para su regreso.
Fue un regreso de calor:
Adith Romero, director general de la unidad de víctimas, dijo: «Más de 1.400 personas pertenecientes a la población de Embeon recurrieron a sus territorios familiares en las facultades de Risaralda y Chocó»
Agregó que «la unidad de víctimas realizó una inversión por más de 4,000 millones de pesos en todas las fases de este rendimiento. Realizamos el mayor rendimiento en la historia de Colombia»
En el caso de la operación de retorno actual, la unidad de víctimas invirtió más de $ 4,000 millones en ayuda humanitaria en un tipo, conjuntos vivos, conjuntos de baño y apoyo logístico.
Además, 130 jeeps estaban disponibles en rutas rurales, 10 camiones para transportar equipos y más de 3000 raciones de alimentos durante el movimiento.
Hubo 686 niños en el grupo regresado, así como 39 madres embarazadas que tenían un acompañamiento permanente del Instituto de Bienestar Social Colombiano para garantizar sus derechos.
La unidad de víctimas repite su compromiso con la compensación integral y la restauración de los derechos nativos de las comunidades afectadas por el conflicto y continuará expresando esfuerzos institucionales para garantizar frases seguras, dignas y equilibradas.


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