La alcaldía de Bogotá ordenó la evacuación inmediata de cerca de trescientos indígenas que actualmente viven en la Unidad de Protección Integral (UPI) de La Rioja. Peritos del Instituto Distrital para la Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER) y el Cuerpo de Bomberos determinaron que el edificio presentaba graves fallas estructurales y graves problemas eléctricos y sanitarios. Las autoridades tomaron esta drástica decisión porque esta destrucción supone un peligro oculto de colapso, poniendo en peligro la vida de los doscientos ochenta y siete vecinos que conforman esta comunidad.
La investigación en línea confirma que UPI La Rioja funcionó anteriormente como una cárcel de condado, un pasado que aumenta la desconfianza y el rechazo de la comunidad hacia el sitio y cualquier intento de reubicación. Aunque la administración distrital ofreció apoyo a la salida y propuso trasladar a las familias a varios albergues temporales, los líderes indígenas rechazaron enérgicamente esta solución. Temen que la dispersión de sus miembros en diferentes lugares conduzca a la desintegración de sus costumbres y a la destrucción de su identidad cultural como nación.
Evacuación de indígenas de La Rioja: riesgo de colapso amenaza a 300 personas en Bogotá
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EntoncesLa Alcaldía cumplió con su obligación de brindar a las familias una vivienda alternativa y apoyo inmediato. Sin embargo, la persistente negativa de parte de la población a aceptar la posibilidad de un traslado complica la situación sanitaria y estructural del edificio, aumentando el riesgo de que los residentes deambulan día tras día. Consciente de las tensiones, la Defensoría del Pueblo intervino en el caso, exigiendo a la administración encontrar una solución consensuada y discutida con los representantes de la comunidad.
Esta es la razónLa cuestión se centra en una encrucijada difícil: la inevitable necesidad de proteger la integridad física de las personas entra en conflicto con la legítima defensa de los derechos culturales de las comunidades. El riesgo de un accidente causado por una mala red eléctrica o un fallo estructural requiere una acción rápida por parte de la administración. Sin embargo, los líderes comunitarios defienden firmemente la unidad del grupo, priorizando su cohesión social sobre las medidas temporales de seguridad del Distrito, lo que dificulta cualquier acuerdo rápido.
#Atención Casi 300 miembros de comunidades indígenas que se alojan en UPI La Rioja en Bogotá deben evacuar el sitio de inmediato debido a los riesgos estructurales, eléctricos y de salud que representa el edificio. Según la alcaldía, aunque les ofreció apoyo para… pic.twitter.com/mQ7LVAJViY
— BluRadio Colombia (@BluRadioCo) 5 de noviembre de 2025
Evacuación de indígenas de La Rioja: riesgo de colapso amenaza a 300 personas en Bogotá
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Por finEste grave incidente requiere que las administraciones y los defensores indígenas intensifiquen el diálogo. Este evento es un doloroso recordatorio de la urgente necesidad de crear protocolos culturalmente sensibles para abordar los desastres estructurales sin comprometer la identidad de los pueblos ancestrales. Ambos actores deben sentarse a negociar una solución integral que asegure la vida de cada miembro y respete el respeto a sus tradiciones culturales.
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