En la actualidad, mientras Todavía está terminado las Sesiones del Comité de Análisis, se intenta esclarecer lo ocurrido durante la falla de energía ocurrida el 28 de abril. Un reciente informe preliminar sobre la red eléctrica europea (Ento-E) ha lanzado un enfoque crucial que pone de manifiesto algo que Europa no había podido observar con claridad hasta ahora.
Corto. Hasta el momento, se disponía de datos de «caja negra», que permitían identificar, en términos generales, cuándo y cómo comenzó la falla. Sin embargo, el nuevo informe preliminar del Ento-E ha confirmado que el problema no se limita a las oscilaciones registradas en España; el colapso fue el resultado de una serie de «eventos complejos» que interactuaron de manera imprevista.
Detallado. El informe señala que en la red eléctrica europea se registraron dos vibraciones de electricidad y frecuencia entre las 12:03 y las 12:07, y nuevamente entre las 12:19 y las 12:21, unas treinta minutos antes del incidente. Es fundamental mencionar que la red eléctrica roja en España y RTE en Francia implementaron medidas para mitigar estas oscilaciones. Sin embargo, a las 12:33 p.m., el sistema eléctrico de la península ibérica colapsó por completo.
El asunto tiene más matices. A este punto, no se encontraron oscilaciones ni variables del sistema dentro de lo que se considera un área operativa normal. Sin embargo, esto no indicaba que todo estuviera bajo control. Europa había detectado las oscilaciones, pero tanto España como Francia no lo interpretaron como un riesgo inmediato. En el sur de España, una serie de fallas en la generación eléctrica provocaron una pérdida de 2200 MW, lo que activó una caída en la frecuencia del sistema, que descendió a 48 Hz. La frecuencia eléctrica debe oscilar alrededor de 50 Hz; si cae por debajo de 48 Hz, el sistema entra en una fase crítica. Este fue precisamente el caso.
Desde ese momento… el colapso de energía se volvió inevitable. Las interconexiones energéticas entre España y sus países vecinos estaban en pleno funcionamiento: 1000 MW se dirigían a Francia, 2000 MW a Portugal, y 800 MW a Marruecos. Sin embargo, una vez que el sistema colapsó, estas conexiones también se perdieron por completo. Las líneas de transmisión entre Francia y España se desconectaron a las 12:33:21 p.m., y aquellos sistemas de protección automática provocaron que toda la red ibérica se colapsara tres segundos después.
Hubo un número que circuló en las redes sociales. El presidente del gobierno, en su intervención ante los medios, afirmó: «15GW desaparecieron en 5 segundos.» Esta declaración se volvió viral en las redes, aunque algunos expertos afirmaron que la pérdida real fue de 2.2 GW.
¿De dónde proviene este número? Los 15 GW mencionados tras la falla de energía se deben a una estimación inicial por parte de REE basada en sistemas de defensa automáticos. Según el Secretario de Energía de Mito, Joan Groizard, de los 15 GW, 10 GW se registraron a través de cortes automáticos (marcos de demanda) y 5 GW en la interrupción de conexiones que impidieron el suministro. Sin embargo, el informe de ETSO-E indica que la pérdida concreta de 2200 MW (2.2 GW) en el sur de España representa una cifra considerablemente menor, lo que sugiere que el cálculo inicial no refleja la pérdida real de generación, sino la influencia global del incidente en el sistema eléctrico.
¿Y ahora qué? El Ento-E ha creado un grupo de expertos dedicados a investigar en profundidad lo sucedido. Estos especialistas, provenientes de países que no se vieron afectados por la falla de energía, están recopilando todos los datos disponibles para reconstruir el evento minuto a minuto y elaborar un informe técnico que se entregará a la Comisión Europea en la segunda mitad del año. El comité español, por su parte, trabajará en paralelo y no solo analizará fallas técnicas, sino también la posibilidad de ataques o errores en sistemas digitales, como ha detallado la vicepresidenta Sara Aagesen en una entrevista para Eldiario.es.
Predecir En la misma entrevista, Sara Aagesen insistió en que las causas del apagón son «extremadamente complejas» y que no se excluye ninguna hipótesis. Sin embargo, muchas preguntas quedan sin respuesta: ¿qué centrales se desconectaron? ¿Qué causó la caída de 2200 MW? ¿Y por qué no se identificaron las señales de alarma con la comprensión adecuada a tiempo?
Este primer apagón «verde» ha puesto a prueba la red eléctrica ibérica y revelado las fragilidades de un sistema que se encuentra en plena transición hacia energías renovables. Aunque el análisis completo del apagón podría tardar meses, tanto los operadores del sistema como los gobiernos de la región enfrentan muchas incertidumbres. El reto actual es repensar microredes, almacenamiento de energía y tecnologías de cuadrículas que puedan estabilizar una red cada vez más inestable. La dirección futura está marcada, y el trabajo para mejorar y fortalecer el sistema energéticamente sostenible comienza en el presente.
Imagen | Atractivo y Eric Fischer
| La otra verdad desagradable del apagón: España aún no ha tenido suficientes baterías para su auge renovable