Estados Unidos valora el acuerdo arancelario con China, que desconfía y previene a quienes se instruyen con Trump.

El presidente de los Estados Unidos se centra en la distribución de tarifas, mientras que Beijing muestra desconfianza hacia las presiones de Trump y advierte a aquellos que se alían con Washington contra los intereses chinos.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha intensificado su ofensiva arancelaria contra China y se ha planteado la posibilidad de aplicar una reducción «significativa» en las tarifas impuestas a esta superpotencia económica asiática. Sin embargo, la desconfianza que Beijing siente por estas fluctuaciones es evidente. Aseguran que los Estados Unidos han utilizado maniobras de presión desde que comenzó su Guerra Global Arancelaria y han amenazado con represalias contra aquellos países que lleguen a acuerdos comerciales que puedan perjudicar sus intereses.

«Seremos muy amables, ellos lo serán, y entonces podremos observar lo que ocurra el martes por la tarde en la Casa Blanca», manifestó un portavoz oficial en respuesta a las tarifas impuestas. China ha estado enfatizando que están preparados para responder a los aranceles de un 125% impuestos por EE.UU., además de establecer otros obstáculos, como su estrategia en relación con los minerales de tierras raras, donde poseen las mayores reservas del planeta, cruciales para el desarrollo de nuevas tecnologías.

En la Casa Blanca, la crisis es considerada «insostenible»

Se ha señalado que esta crisis arancelaria es «insostenible». El secretario del Tesoro estadounidense, Scott, ha resaltado la posibilidad de que se produzca «a regañadientes» una resolución a este conflicto comercial entre las dos principales potencias económicas del mundo. Durante una reunión con inversores, fue evidente que el proceso de negociación con China será lento, y aunque Trump ha indicado que han tenido interacciones con oficiales chinos, no se han concretado acuerdos significativos.

El ministro del Tesoro estadounidense ha comparado la lucha arancelaria entre China y Estados Unidos con un «embargo» que no puede ser mantenido por mucho tiempo. En su opinión, la separación entre los sistemas comerciales de ambos países no requiere medidas tan drásticas como las que podría implicar una guerra arancelaria.

El FMI emite alertas

El Fondo Monetario Internacional (FMI) también ha levantado la voz de alarma, advirtiendo sobre los extremos riesgos globales que pueden surgir de una colisión continua entre Washington y Beijing. El FMI estima que si esta lucha se mantiene y se establece de forma permanente, las pérdidas económicas derivadas de la crisis podrían manifestarse en 2026. Esta situación es especialmente preocupante ya que, aunque EE.UU. ha conseguido muchos acuerdos con otros países , el conflicto con China se prevé devastador para la economía mundial. La Organización Mundial del Comercio ha advertido que esta lucha comercial podría reducir los intercambios de bienes entre ambos países en un 80%, lo que provocaría un impacto a gran escala en la economía global.

En su informe de abril titulado Perspectivas de la economía mundial, el FMI ha ajustado sus pronósticos de crecimiento global a un 2,8% para 2025 y a un 3% para el año siguiente, mostrando así una disminución considerable en sus expectativas previas. La institución ha declarado que los riesgos para la economía mundial se han duplicado desde que Trump lanzó su tarifa ofensiva internacional a principios de este mes.

El aumento de los riesgos para la economía mundial se ha visto reflejado en las proyecciones del FMI, que aseguran que, aunque no se prevé una recesión global, estos riesgos han aumentado significativamente, pasando del 17% de probabilidad proyectado en octubre pasado al 30% actual. Esto ha sido declarado por el principal economista del FMI, Pierre-Lolivier Gourinchas.

Crecimiento estadounidense en peligro

A pesar de que el FMI descarta de inmediato una recesión global, ya se han perdido mil millones de dólares en la comunidad, lo que indica que la implementación de medidas por parte de Trump puede representar una amenaza para la economía estadounidense. Esto ha llevado a la Casa Blanca a responder con cautela a posibles impactos económicos y a ajustar sus estrategias.

El secretario de Estado del Interior, Doug Burgum, ha avanzado que Trump ha ordenado medidas fiscales en relación con la extracción de minerales de tierras raras, los cuales son cruciales para el desarrollo de tecnologías avanzadas en sectores como la comunicación, la defensa, la medicina y el transporte. La explotación y procesamiento de estos recursos es considerada una prioridad y no debería estar sujeta a negociaciones «transaccionales» con China.

China desconfía de las «buenas intenciones» de Trump

Un aspecto crítico de la estrategia comercial de Trump es la resistencia que ha encontrado en China frente a las maniobras de presión de la Casa Blanca, reflejada en las inmediatas contramedidas del gobierno de Xi Jinping. El propio presidente chino ha expresado su descontento al señalar que «las guerras comerciales interrumpen los derechos e intereses legítimos de todos los países» y «perjudican el orden económico mundial».

Beijing ha instado a Washington a detener su «presión» y a mostrar más «respeto», sugiriendo que un acuerdo podría ser posible. Sin embargo, las autoridades chinas han subrayado que, si bien no buscan una guerra comercial, están listas para enfrentarse a cualquier eventualidad.

Guo Jiakun, portavoz del ministerio, destacó: «Si Estados Unidos continúa apostando por esta Guerra de Tarifas, habrá respuestas. La puerta para negociar está abierta, pero deben hacerlo con igualdad, respeto y beneficios mutuos». Además, Guo previó una creciente resistencia de la comunidad internacional hacia las estrategias de Trump, sugiriendo que muchos países podrían unirse para oponerse a estas tácticas.

La desconfianza de Beijing hacia la propuesta de Trump sobre una reducción «significativa» en las tarifas se basa en una percepción realista sobre las verdaderas intenciones detrás de la maniobra. La respuesta de China hasta el momento ha sido paciente y estratégica, buscando alternativas comerciales a los productos que actualmente están restringidos por Estados Unidos.

La reciente gira de Xi Jinping por el sudeste asiático, que incluyó paradas en Vietnam, Malasia y Camboya, envió un mensaje claro: estos países pueden resistir el chantaje unilateral del gobierno de Trump y no tienen porque alinearse con sus demandas de reducción fiscal. Vietnam, por su parte, ha empezado a firmar nuevos acuerdos comerciales con América Latina y Europa, tratando de diversificar sus lazos sin verse atrapado en la guerra comercial entre las dos grandes potencias.

Beijing se vengará de cualquier alianza hostil

Sin embargo, las preocupaciones de China van más allá. Pekín ha advertido que no tolerará acuerdos comerciales por parte de Estados Unidos con otras naciones que vayan en detrimento de sus intereses y que responderán con serias represalias. La semana pasada, la Revista Wall Street informó que la Casa Blanca busca promover estos acuerdos para dividir a sus socios comerciales y aislar así la economía china.

Se sugiere que estos países podrán beneficiarse, con una disminución en las tarifas impuestas por Trump, a cambio de una aceptación de duras restricciones a los productos chinos. El ministerio de comercio chino dejó claro el lunes que no aceptará la «intimidación» ni buscará beneficio económico «a expensas de los intereses de otros». Beijing advirtió que si otros países se comprometen a acuerdos comerciales en contra de sus intereses, estas acciones no serán toleradas y China «tomará represalias» de manera contundente.

Esta advertencia parece apuntar especialmente hacia India y Europa, que son áreas comerciales significativas para el comercio chino y podrían verse afectadas si alcanzan acuerdos con Washington. Japón y Corea del Sur, grandes aliados de EE.UU., han mostrado reticencia a alinearse completamente con las tácticas de Trump para evitar daños económicos, aunque su prioridad sigue siendo mantener el apoyo geoestratégico estadounidense.

23.04.2025

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