Para Santa Fe, el inicio del proceso con Francisco López no ha sido el mejor y la afición empieza a preocuparse. Y las derrotas consecutivas en Copa y Liga han empezado a dañar el buen inicio que tuvo el equipo en la segunda parte.
Lo que antes era una fortaleza para el cardenal, el equipo local, ahora se está convirtiendo en un dolor de cabeza. El 3-0 ante Independiente Medellín por la Copa BetPlay y el reciente 3-1 ante Llaneros en El Campín dejaron en evidencia un preocupante descenso colectivo.
El principal golpe se produjo tras la salida del técnico Jorge Bava, quien renunció para dirigir Cerro Porteño. Desde entonces, el equipo no ha podido mantener el nivel mostrado con el uruguayo. Francisco López asumió como interino, pero los resultados no le han acompañado: seis goles encajados en dos partidos y una defensa que perdió solidez en su propia casa.
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El técnico fue claro al asumir la responsabilidad, «Hemos encajado seis goles en dos partidos y tenemos que hacer más, dar más detalles. El rival se está preparando para enfrentar al campeón y no estamos previendo todo lo que deberíamos prever. Es parte de mi responsabilidad y de la de mi cuerpo técnico», reconoció López.
No es sólo un problema de defensa
Santa Fe muestra menor intensidad en la presión, poca claridad en la creación y dependencia ofensiva de Harold Santiago Mosquera. Sin la contundencia de fechas pasadas, el equipo ha perdido confianza y equilibrio, factores que fueron claves en su reciente título.
Con 20 puntos y situado en la octava posición, el margen de error es mínimo. Cali y Alianza están igualados en unidades y van en ascenso. Santa Fe visitará a Boyacá Chicó el 17 de octubre en un duelo que puede marcar su futuro inmediato. El campeón necesita reaccionar ya si quiere evitar que su ‘palidez’ se convierta en una auténtica crisis.
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