La cuenta regresiva ha terminado. El lunes 28 de julio, Colombia ingresa a un día histórico con un enfoque: un juicio que la jueza Sandra Heredia emitirá en un juicio penal contra el ex presidente Álvaro Uribe Vélez. El caso que ha mantenido a la nación en suspenso durante más de una década, alcanza un clímax con un veredicto que podría marcarse antes y después de la historia judicial y política.
Uribe Vélez, uno de los personajes más influyentes, controvertidos y decisivos de la política colombiana en las últimas décadas, ha estado frente a las acusaciones de soborno en el campo de las actividades criminales, el fraude procesal y la manipulación de testigos. Es una demanda que ha recorrido un camino sinuoso 13 años, con innumerables debates, evidencia, versiones y opinión pública profundamente dividida.
Las expectativas en todo el país y en el extranjero son enormes. Con los años, este caso estaba siguiendo la ampliación del vidrio por parte de ambos sectores que defienden al ex presidente con entusiasmo, así como para aquellos que exigen justicia y verdad. La verdad es que el juicio excedió el alcance legal: se convirtió en un símbolo de tensión entre la autoridad política y el sistema judicial, la lucha contra la impunidad y el pulso entre la verdad y la manipulación.
Hace solo unos días, la oficina del fiscal general sorprendió al país, preguntando oficialmente al ex presidente, lo que aumentó la tensión nacional y generó una ola de reacción de todos los sectores. Si bien algunos creen que este es un acto de justicia que confirma la independencia de los jueces, otros lo perciben como un juego político de alto riesgo que podría tener efectos impredecibles.
La última palabra será la jueza Sandra Heredia, responsable de emitir la última oración el lunes. Su decisión no solo afectará al Tribunal de la Corte de Uribe Vélez, sino que también puede tener consecuencias directas en el clima político del país, menos de un año después de las elecciones regionales y durante la alta polarización nacional.
¿Esto se considerará inocente o culpable? ¿Habrá justicia, o habrá una sospecha de que se confirmará muchas de la integridad del gran poder? Colombia se está preparando para un día que sin duda se escribirá en libros históricos. La tensión respira a las calles, en las redes sociales, en los medios de comunicación y en cada esquina en el que hablan de política o justicia.
El reloj está progresando. El juez Heredia tiene una decisión monumental en sus manos. De todos modos, el lunes 28 de julio, será recordado como un día, después de trece largos años, Justice finalmente habló.
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