El futuro de la inteligencia artificial no está en la nube, sino en el núcleo atómico – Noticias ultima hora

Las torres grises todavía se pueden ver en las afueras de Palo, un pueblo agrícola en el este de Iowa. Planta de energía nuclear Duane Arnold. Permanecieron en silencio durante años, pero quienes viven cerca recuerdan el zumbido constante que acompañó su infancia. Durante casi medio siglo, este reactor de agua hirviendo fue parte del paisaje y del suministro de energía del Medio Oeste.

Todo cambió en agosto de 2020 cuando un Bien – un muro de tormentas con vientos huracanados – cultivos de maíz devastados y torres de enfriamiento dañadas. Duane Arnold salió y nadie creía que volvería a suceder.

La instalación, que ya daba muestras de su antigüedad y cuya licencia estaba a punto de caducar, finalmente fue cerrada. Parecía ser el final. Cinco años después, este silencio nuclear está siendo roto nuevamente, no por el Estado o la industria nuclear tradicional, sino por una empresa de tecnología: Google.

«Está vivo, está vivo». gritó Victor Frankenstein en la película de 1931. Nueve décadas después, ese grito resuena simbólicamente en Iowa: la central nuclear Duane Arnold volverá a la vida. la resurrección Vendrá de Google y NextEra Energyque invertirá más de 1.600 millones de dólares para devolver el pulso a la planta en 2029.

Según ReutersGoogle comprará la mayor parte de la energía generada durante 25 años para alimentar sus centros de datos de inteligencia artificial, mientras que NextEra tomará el control del 100 por ciento de las instalaciones después de adquirir acciones de sus socios locales.

Una reestructuración sin precedentes. Reactivar una central nuclear no es tan sencillo como volver a pulsar un botón. En el caso de Duane Arnold, Google y NextEra Energy planean renovar toda la infraestructura crítica, modernizar los sistemas de seguridad y pasar la inspección de la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) antes de recibir una nueva licencia.

El proyecto no tiene precedentes: pretende demostrar que una instalación en desuso puede recuperarse con arreglo a las normas de seguridad actuales. «Reabrir una instalación existente es más rápido y rentable que construir una nueva». explican los analistas citados por el Financial Times. Si todo va bien, Duane Arnold volverá a producir energía en 2029, junto con Palisades y Three Mile Island, las otras dos piezas del renacimiento nuclear de Estados Unidos.

No es el primero ni será el último.. Las grandes tecnológicas apuestan por el reinicio de las centrales nucleares. Por un lado, Microsoft firmó un acuerdo similar con Constellation Energy para reabrir la planta de Three Mile Island en Pensilvania, que se espera reanude sus operaciones en 2028. Por otro lado, Amazon está trabajando con Dominion Energy para desarrollar reactores SMR (Small Modular Reactors) en Virginia.

La propia Google ya había dado pasos en esta dirección: el año pasado, la empresa anunció una alianza con Kairos Power para construir hasta 2030 siete reactores SMR con una potencia total de 500 megavatios. Estos reactores modulares son más pequeños, más eficientes y más seguros y se presentan como el futuro de la energía nuclear civil. Además, los SMR se pueden instalar cerca de los centros de datos, lo que reduce las pérdidas y los costos de energía.

La fiebre energética de la IA. La tendencia es clara: las grandes tecnológicas están apostando por el átomo para avanzar en la era de la inteligencia artificial. Cada nueva generación de modelos (desde ChatGPT hasta Gemini y Claude) requiere miles de megavatios de energía adicional. Y el crecimiento apenas comienza.

En este sentido, OpenAI –creador de ChatGPT– ha pedido al gobierno estadounidense un plan nacional para ampliar drásticamente la capacidad eléctrica del país. Como informó CNBCLa compañía pidió a la Casa Blanca que se comprometa a construir 100 gigavatios de nueva capacidad energética por año, advirtiendo que China añadió 429 gigavatios sólo en 2024, frente a 51 en Estados Unidos. En su declaración concluye con una frase que se convertirá en el lema energético de la industria: “Los electrones son el nuevo petróleo”.

Riesgos y dudas. A pesar del entusiasmo, el proyecto de Google no está exento de polémica. El físico Edwin Lyman de la Unión de Científicos Preocupados advirtió el Financial Times que Duane Arnold «tiene el mismo diseño que los reactores que se fundieron en Fukushima en 2011» y que «sufrió daños importantes, incluidas sus torres de refrigeración durante el». Bien «Hasta que no haya una estimación realista de los costos de reconstrucción y las garantías de seguridad, no sabremos si puede producir electricidad asequible», dijo Lyman.

Asimismo, el Wall Street Journal recoger las criticas de grupos ecologistas como el Sierra Club, que cuestionan la antigüedad del reactor, el deterioro de sus componentes tras años de inactividad y el vertido de residuos radiactivos. Pero incluso entre los escépticos hay consenso en un punto: el hambre de energía de la IA no deja otra alternativa que explorar todas las opciones posibles.

yoLos electrones del futuro. Lo que está sucediendo en Iowa no es una simple reapertura de la industria: es una declaración de intenciones del nuevo capitalismo tecnológico. Google, símbolo de la nube y la virtualidad, recurre al átomo más tangible y antiguo para sostener su futuro digital. La paradoja resume el momento: la inteligencia artificial necesita materia real, megavatios y electrones.

La central eléctrica de Duane Arnold, que alguna vez marcó el ascenso y la caída del sueño nuclear estadounidense, podría renacer como un centro de energía de IA. Y si las predicciones de OpenAI se hacen realidad, no será la última vez. En la nueva economía global, la electricidad será el petróleo del siglo XXI. Y en Iowa, Google acaba de encender la chispa nuevamente.

Imagen | desempaquetar

| La cantidad de energía nuclear producida por cada país, detallada en este mapa interactivo

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