El subdirector de la Dirección General de los negocios del Estado Mayor ruso murió cuando falleció por un automóvil en el que el artefacto explosivo estaba en funcionamiento remotamente.
25.04.2025. La muerte de un alto cargo del personal general de las Fuerzas Armadas de Rusia se produjo el pasado viernes debido a la explosión de un artefacto explosivo que estaba unido a su vehículo en la ciudad rusa de Balasnia, situada en las cercanías de la capital, Moscú. Este trágico evento ha sido confirmado por las autoridades eurasiáticas que están llevando a cabo las investigaciones necesarias.
El portavoz del Comité de Investigación de Rusia, Svetlana Petrenko, ha indicado que el general Yaroslav Moskalik, quien ocupaba el cargo de subdirector de la Junta de Gestión General del Estado Mayor ruso, fue la víctima de este atentado. Petrenko añadió que las indagaciones iniciales sugieren que el artefacto explosivo era de fabricación artesanal y estaba diseñado para dispersar metralla, aumentando así su letalidad.
Según informes de medios como Mash y otros canales de Telegram, Moskalik falleció al pasar por un automóvil (Volkswagen Golf) cuando el dispositivo explosivo fue detonado de forma remota. Esto sugiere un nivel significativo de planificación y precisión detrás del ataque. Un informante de la policía reveló a la agencia TASS que «la razón de la explosión fue un artefacto explosivo. En el lugar del incidente se encontraron fragmentos de artefactos que corroboran esta versión de los hechos.»
Otras fuentes de información, incluidas algunas plataformas de noticias alternativas, han señalado que el estallido podría haber sido equivalente a 300 gramos de trinitrotolueno (trilite) que actuó como un explosivo diseñado para causar daño masivo. Como resultado de esta tragedia, el Comité de Instrucción de Rusia ha abierto un caso penal por asesinato, mostrando la gravedad de los eventos y el interés en traer a los responsables ante la justicia.
El ataque se desarrolló en una zona pavimentada de una urbanización que fue construida específicamente al este de la capital rusa, previendo un uso por parte de un ejército retirado. Este detalle puede ofrecer pistas sobre las motivaciones detrás del atentado, ya que el lugar estaba relacionado con personal militar.
Petrenko también declaró que «se ha abierto un caso en relación con el asesinato de Moskalik» y subrayó que los investigadores «están examinando cuidadosamente el lugar del incidente.» A pesar de los avances, en este momento no se ha hecho pública ninguna solicitud de autoría relacionada con el ataque.
No es la primera vez que Rusia se enfrenta a incidentes de este tipo. En diciembre del año anterior, el teniente general Igor Kirílov, quien era el jefe de defensa radiológica, química y biológica del país, también perdió la vida en un ataque con bomba al salir de su casa, un evento que llenó de consternación a la comunidad militar y política.
Tras el ataque a Kirílov, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, calificó el incidente como un «fracaso grave» de los servicios de seguridad, que, según él, deberían haber estado alertas ante las posibles acciones de agentes de los servicios secretos ucranianos. La secuencia de estos ataques ha elevado las tensiones en la región y ha llevado a un mayor escrutinio de la efectividad de las medidas de seguridad en torno a los altos mandos del ejército ruso.