En la tarde del viernes 3 de octubre de 2025, el distrito de Pinar del Río, en el sur de Barranquilla, era un lugar de ataque violento que dejó el equilibrio de tres personas muertas en un peluquero ubicado en el segundo piso, en la esquina de la diagonal 141 con 33 transversales.
Una de las víctimas fue identificada como Bosson Isacar Villegas Ramírez31, que según su madre era un hombre tranquilo, amado por sus amigos y un trabajador honesto. Los agentes de pedidos pronto fueron al lugar después de la llamada de alarma, y el Cuerpo de Investigación Técnica (CTI) llevó a cabo la inspección técnica de los cuerpos.
Al día siguiente, los eventos de la familia Villegas Ramírez permanecieron procesados. Entre el choque, los dos hijos de Josson lloraban con lágrimas con una súplica dolorosa: «Quiero ver a mi papá«Estas palabras retumbaron en lágrimas y silencios antes de indiferentes para mirar el dolor.
La madre entre Sobbi dijo:
«Mi hijo era un buen hombre, quiero verlo y besarlo, es un dolor muy severo que solo Dios sabe … tengo piezas».
Argumentó que a partir de junio de este año no hubo masacre en Barranquilla o en su área metropolitana, que hicieron preguntas sobre la efectividad de la tregua criminal anunciada entre las bandas «Los Peps» y «Los Costaños».
¿Qué pasó en Pinar del Río?
Según la historia de los vecinos y testimonios recopilados por los medios de comunicación:
- Alrededor de las 16:20, Dos personas en una motocicleta de pulsar negro Llegaron al lugar de ataque.
- La parrilla descendió y fue al segundo piso, donde operaba el peluquero, disparando muchas veces contra tres hombres en el campo.
- Dos hombres murieron como parte del establecimiento; El tercero fue trasladado al Centro de Salud, pero murió poco después.
- Los agresores escaparon inmediatamente después del ataque y todavía no hay límite confirmado.
La mezcla de violencia urbana, disputas penales y la aparente fragilidad del acuerdo de paz entre las facciones ilegales generó una alarma entre los habitantes y las autoridades en Barranquilla.
Reclamos familiares y expectativas de justicia
La madre y otros familiares exigieron que las agencias judiciales expliquen quién o qué estructura criminal está detrás de un ataque que motiva los teléfonos celulares y qué no está impune.
Además, rogando a los niños: «Quiero ver a mi padre», se convirtió en un símbolo de dolor colectivo frente a la violencia que golpea a las familias. Su llanto expresa la urgencia de la verdad, la memoria y la reparación para los que quedaron.
Al final de la nota (mañana, 4 de octubre), no se desconoce un progreso oficial grave, y las autoridades de investigación afirmaron que «están desarrollando investigaciones para determinar qué estructura criminal está detrás de este hecho».
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