El presidente colombiano Gustavo Petro anunció una reconfiguración de alto perfil en la diplomacia del país el 12 de noviembre de 2025, que incluye el nombramiento de la filósofa y experta en políticas de drogas Marcela Tovar Thomas como nueva embajadora de Colombia ante las Naciones Unidas (ONU) y la República de Austria.
Contexto publicitario
En un tweet difundido a través de su cuenta oficial de redes sociales.
En la citada publicación indicó que los cambios diplomáticos se dan en el marco de las operaciones militares que adelanta Estados Unidos en el Caribe y el Pacífico colombiano y en el contexto de la revisión de la agenda bilateral de Colombia con potencias externas.
Perfil de Marcela Tovar
Marcela Tovar Thomas es filósofa, egresada de la Universidad Nacional de Colombia, con Maestría en Educación con especialización en Gestión de Proyectos de la Universidad René Descartes de París. Actualmente se desempeñó como Directora de Políticas de Drogas en el ministerio correspondiente del gobierno colombiano. Su formación académica y experiencia en políticas de drogas la posicionan como una figura no tradicional en el cuerpo diplomático.
El gobierno de Petro destaca que con este tipo de nombramientos intenta romper -como dice- la «lógica tradicional de la diplomacia» basada en oligarquías, élites vinculadas a familias políticas o «embajadores a los que llamo blancos».
Alcance de los cambios
Además de los nombramientos de la ONU y de Austria, la medida forma parte de una ola de ajustes en las misiones diplomáticas que el gobierno está impulsando: la creación de nuevas misiones diplomáticas, la reestructuración del servicio exterior y un énfasis en una diplomacia más centrada en la justicia social, la soberanía y una visión para el Sur global.
En su declaración, Petro indicó que Colombia no quiere que sus agencias de inteligencia y narcotráfico actúen como extensiones de otros intereses extranjeros, sino que respondan a la soberanía nacional.
Implicaciones políticas
La nominación de Tovar Thomas y los ajustes diplomáticos pueden leerse como una señal de la intensificación de la política exterior del gobierno de Petro, que busca una mayor autonomía de Estados Unidos y un mayor papel de Colombia en los foros multilaterales.
Esta decisión también puede interpretarse como un paso hacia la consolidación del proyecto de transformar el aparato estatal y el cuerpo diplomático -hasta ahora dominados por las elites tradicionales- hacia una representación más amplia de los sectores social, académico y técnico.
A nivel interno, el anuncio llega en un momento de tensiones diplomáticas con Washington, especialmente por la cooperación antidrogas, lo que significa que el cambio también tiene dimensiones de señalización interna y externa.
Posibles desafíos
- La experiencia de Tovar en diplomacia multisectorial será clave: aunque tiene experiencia en política de drogas y proyectos académicos, establecer una embajada ante la ONU y Austria implica una gestión diplomática, multilateral y protocolaria que puede plantear desafíos.
- Las expectativas sobre la «diplomacia del cambio» son altas, pero la transformación implicará resistencia del cuerpo diplomático tradicional y ajustes administrativos.
- Las relaciones con Estados Unidos, el control de los flujos de inteligencia, las operaciones en la región CaribePacífico colombiano y el programa antidrogas constituyen un escenario muy complejo en esta nueva etapa diplomática.
Solicitud
La medida del presidente Petro representa no sólo un alivio diplomático, sino también un compromiso simbólico y estratégico para rediseñar la política exterior de Colombia. Al nombrar a Marcela Tovar Thomas como embajadora ante la ONU, el gobierno da un claro gesto de romper con el orden diplomático tradicional e inicia una nueva etapa en la que soberanía, justicia social y proyección internacional se unen como ejes de la política exterior.
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