Varias industrias han evaluado la eficiencia del metro y la dosificación en Bogotá.
En el contexto de crecientes tensiones políticas, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galabán, se ha visto envuelto en fuertes cuestionamientos por parte de los sectores gubernamentales y concejales, muchos de los cuales pertenecen a la misma clase política que el presidente Gustavo Petro. Las críticas se basan en dos puntos cruciales para la metrópoli: la construcción del metro y la reciente decisión del presidente del distrito de interrumpir la dosificación de agua en la capital.
Fricción al frente
Uno de los problemas más complejos que enfrenta actualmente la ciudad es la construcción del metro, un proyecto que ha generado numerosas dificultades en la movilidad diaria de los ciudadanos. Este inconveniente se ha visto acentuado por la implementación de la primera línea de trabajo. El gobierno ha estado presionando para que se logre una mayor eficiencia en las secciones subterráneas del proyecto; sin embargo, Galán ha defendido el progreso realizado hasta ahora, indicando que se ha cumplido con el contrato estipulado. El ambiente de discusión ha escalado, con el presidente Petro criticando lo que considera la postura rígida del alcalde, afirmando que “sus decisiones parecen un capricho de niño rico”. Estas palabras reflejan la percepción de cómo Galán ha gestionado el proyecto y los cambios que ha introducido.
¿Mantener una escala?
Las disputas han aumentado con el reciente anuncio sobre la culminación de la dosificación de agua en Bogotá. El alcalde defiende que las condiciones de los embalses han mejorado sustancialmente, lo que justificaría la eliminación de las restricciones actuales. Sin embargo, concejales como Ana Teresa Bernal, Heidy Sánchez y Diana Diago han manifestado que esta medida es prematura y se ha adoptado sin una evaluación adecuada de las condiciones del suministro de agua. Sánchez ha advertido sobre la posibilidad de un rápido retorno a niveles críticos de suministro si no se implementan acciones de gestión y ahorro sostenibles.
Para los concejales, la decisión de elevar la dosificación no considera adecuadamente la situación climática y pone en riesgo la seguridad del agua en la capital, especialmente dado que aún no existe un plan claro que fomente la educación y la cultura del ahorro entre la ciudadanía.
Respuesta de crítica
Frente a las acusaciones, el alcalde ha decidido salir en su defensa. Utilizando sus redes sociales y realizando declaraciones públicas, ha expresado que las decisiones que toma están fundamentadas en investigaciones técnicas y en el interés general, en lugar de en cálculos políticos. En una frase que rápidamente se volvió viral, respondió: “No creen en las enseñanzas de Chimbas; todos conocemos a alguien que quiere detener lo que va bien”. Esta declaración ha resonado entre diversos sectores.
Con un tono incisivo, el presidente del distrito ha enfatizado que Bogotá no puede seguir inmersa en discusiones políticas que frenan el progreso en asuntos fundamentales. Sin embargo, el panorama entre el gobierno local y el nacional parece ser cada vez más tenso, lo que podría seguir complicando la realización de proyectos clave para la capital.
«No creas en las teorías de Chimbas, todos conocemos a alguien que quiere detener lo que va bien», dijo el presidente del gobierno local.
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