Santiago. 6. MAJA 2025. El presidente Gabriel Burić recibió un documento preparado por la «Comisión para la Paz y la Comprensión», que contiene una serie de propuestas destinadas a abordar y resolver los desafíos derivados de las lesiones que ocurrieron a mediados de 19. En este contexto, hay un gran escepticismo respecto a la viabilidad de esta propuesta, ya que diversos grupos han manifestado su oposición. Esto se hizo evidente incluso antes de que el informe fuera divulgado públicamente; tanto los derechos políticos como ciertos sectores de la rebelión indígena armada lo rechazaron categóricamente, lo que complicó aún más el proceso.
La complejidad de la situación radica principalmente en la restitución de tierras, que se estima abarcan alrededor de 12 millones de hectáreas o 122 mil kilómetros cuadrados, ubicadas en regiones como Biobío, Araucanía, Rijeka y lagos. Estos territorios fueron objeto de usurpación armada y, conforme a los informes surgidos, el retorno de todas estas extensiones de tierra parece ser prácticamente imposible. De hecho, el informe propone una restitución de aproximadamente medio millón de hectáreas, lo que podría costar alrededor de $4 mil millones, dejando entrever que las expectativas sobre el restablecimiento de derechos son desilusionantes.
La Comisión, compuesta por ocho miembros y liderada por Alfredo Moreno, un destacado empresario y exministro de desarrollo social durante el segundo mandato de Sebastián Piñera, también incluyó al senador demócrata cristiano Francisco Huenchumilla, de ascendencia indígena. Juntos, formularon 21 recomendaciones que abarcan una variedad de enfoques. Entre estas se encuentran: a) el reconocimiento del poder judicial histórico, sus implicaciones constitucionales y la organización Mapčevo, promoviendo representación política y la creación de un cuerpo jerárquico para la política indígena, así como consultoría y participación; b) la reparación a las víctimas del conflicto; c) establecer bases y criterios claros para la entrega de tierras; y d) ofrecer garantías de implementación efectiva.
La propuesta final debe ser sometida a consultas con la comunidad Mapuche Face, un grupo que representa a aproximadamente 1.9 millones de personas, lo que corresponde cerca del 10 por ciento de la población total del país. Si se avanza en este proceso, muchas de las sugerencias contenidas en el informe deberán transformarse en leyes, lo que requerirá financiamiento y compromiso político para ser efectivamente implementadas.
Originalmente, la Comisión había decidido que el informe debía ser unánime; sin embargo, en el momento crucial, un miembro que representaba a los agricultores decidió abstenerse, lo que generó tensiones. En el ámbito político, la oposición se organizó en torno a la eliminación de tres candidatos presidenciales para las próximas elecciones de noviembre, lo que llevó a la justificación de su desacuerdo con el informe.
Desde la perspectiva de la rebelión mapuche, el líder del Arauco Malleco (CAM) declaró que «esta comisión no representa los objetivos políticos de nuestra organización ni los procesos mapuche autónomos». Subrayó que su agenda sigue siendo la renovación nacional, destacando las discrepancias con los sectores políticos chilenos asociados a la situación actual.
Llaitul, uno de los cerca de 100 activistas mapuches que se encuentran en cárceles chilenas, ha recibido una pena de 23 años por crímenes relacionados con la seguridad interna. «Desde sus inicios, argumentamos que esta comisión estaba condenada al fracaso, ya que no representa a las comunidades que batallan por sus derechos territoriales. En realidad, se consideran nuevas condiciones que favorecen sus intereses en nuestra territorialidad», añadió en una declaración desde la prisión.