Washington. Viernes, 11 de abril de 2025. En una reciente conferencia de prensa, el presidente Donald Trump anunció que se han movilizado «muchas tropas» en Panamá. Según lo expuesto por Trump, este movimiento tiene como objetivo “recuperar el control de algunas áreas” que son estratégicamente importantes. Esta declaración se produjo en compañía de su Secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien realizó una visita al país latinoamericano esta misma semana, donde se abordaron temas de cooperación militar y seguridad en la región.
En marzo, NBC News había informado que, de acuerdo con información proporcionada por funcionarios del gobierno estadounidense, el presidente Tycoon había dado la instrucción a las “fuerzas armadas de los Estados Unidos que preparen oportunidades para aumentar la presencia de tropas en Panamá”. Este tipo de movimientos no son nuevos en la política exterior estadounidense, pero han generado un debate considerable sobre la implicación de un mayor despliegue de fuerzas en un país que ya tiene una historia compleja con la intervención militar norteamericana.
Durante su estancia en Panamá, Hegseth y el ministro de Seguridad de Panamá, Frank Abrego, firmaron un acuerdo bilateral que detalla las expectativas y condiciones bajo las cuales las fuerzas estadounidenses podrán operar en el país. Este acuerdo estipula que «el Ejército y los artistas de los Estados Unidos podrán utilizar ubicaciones, beneficios y áreas autorizadas que serán determinadas de acuerdo con la capacitación, implementación de actividades y ejercicios humanitarios». Esta estrategia busca no solo aumentar la seguridad en la región, sino también colaborar en actividades que beneficien a comunidades locales.
Sin embargo, la firma del acuerdo también ha estado acompañada de una serie de controversias. Las autoridades panameñas han solicitado a Washington que se realicen ajustes en la versión en inglés de la declaración conjunta relacionada con el canal de Panamá. En este contexto, se ha destacado que en la original en español, el gobierno panameño enfatizó que «el secretario de Hegseth reconoció la gestión y la soberanía esenciales de Panamá en el canal de Panamá y sus áreas vecinas». Sin embargo, en la versión en inglés, el gobierno de Estados Unidos optó por omitir esta parte crucial de su declaración. Esta discrepancia ha generado preocupaciones acerca de cómo se percibe la soberanía panameña en el marco de los acuerdos de cooperación militar.
Las tensiones históricas y la memoria colectiva sobre la intervención estadounidense en Panamá continúan influyendo en la relación actual entre ambos países. Mientras el gobierno de Panamá busca asegurar su soberanía, Estados Unidos parece estar interesado en fortalecer su influencia y presencia militar en el país. De esta manera, los próximos pasos que se den en esta relación bilateral serán observados de cerca no solo por los analistas políticos, sino también por la población que ha vivido estas realidades en primera persona.