
El debate político en Aragón ha cobrado una nueva dimensión en estos días, con un enfoque inesperado en dos protagonistas: la fruta y las escuelas. En realidad, el foco está en las frutas que se distribuyen en los centros educativos. A pesar de que Aragón cuenta con miles y miles de hectáreas dedicadas al cultivo de frutas y verduras, además de una huelga en el sector, los agricultores locales han alzado su voz, especialmente los productores de cerezas, duraznos y manzanas. Estos agricultores se quejan de que en las escuelas de sus aldeas, en ocasiones, se distribuyen frutos que han sido importados de miles de kilómetros de distancia.
La preocupación por el origen de la fruta ha surgido en forma de una queja pública presentada por la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (Uaga). Esta denuncia pone de relieve un problema que ya había llamado la atención anteriormente, lo que llevó a muchos productores a salir a las calles.
¿Qué ocurrió exactamente? Esta controversia fue formalizada por Uaga-Coag en una declaración que fue emitida recientemente, en la que se afirma que en algunos comedores escolares de Aragón se está distribuyendo fruta importada del extranjero. La UAGA asegura tener testigos que han corroborado que varias escuelas en la región están recibiendo naranjas provenientes de Egipto y peras de Sudáfrica, viajando más de 10,000 kilómetros.
Como prueba de sus reclamaciones, la UAGA ha incluido una imagen que muestra una caja de peras que indica su origen en Sudáfrica, aunque no se ha demostrado que esta imagen haya sido capturada en una escuela de Aragón.
«Competencia injusta». En esta queja, Uaga ha expresado su «indignación» ante la situación, señalando la irregularidad de importar frutas que podrían ser fácilmente cultivadas en el territorio español. Además, plantean interrogantes sobre los estándares de sanidad, medioambiente y condiciones laborales que la Unión Europea exige. Uaga sostiene que estas importaciones violan los requisitos que deberían respetar los productores locales y reclaman la implementación de «cláusulas de espejo» para regular las importaciones de terceros países.
Uaga-Coag ha señalado dos factores que afectan a los agricultores locales, considerados por ellos como «competencia desleal». En primer lugar, se refiere a la estricta regulación a la que están sometidas las explotaciones agrícolas europeas en cuanto al uso de pesticidas y el manejo de los productos. En segundo lugar, mencionan las diferencias en los costos laborales, destacando que en España el salario mínimo asciende a 176 euros al mes, mientras que en Sudáfrica es de aproximadamente 270 euros.
Punto de vista de la UE. El clamor de UAGA ha tenido suficiente eco para que el gobierno de Aragón se vea obligado a ofrecer aclaraciones. Según fuentes del ministerio de agricultura, la cuestión esencial radica en la financiación de los programas de alimentación para las escuelas, los cuales están subvencionados por la UE, y deben adherirse a sus estándares.
Sin embargo, el establecimiento de acuerdos para el suministro de fruta no considera la cercanía geográfica ni fomenta que los productos sean de la comunidad, lo que podría evitar una «ventaja competitiva discriminatoria». Según el gobierno regional argumenta que su papel no es más que el de un intermediario.
¿Y ahora qué? Los responsables regionales han enfatizado que uno de sus objetivos es también «consolidar hábitos alimenticios saludables» entre los niños en las escuelas, priorizando la distribución de fruta y leche como almuerzos y snacks. Aunque el programa no es nuevo, ahora se ofrece con una mezcla de fondos que incluyen contribuciones comunitarias y del gobierno de Aragón.
Con los recursos de la UE, se asignan aproximadamente 300,000 euros que están sujetos a los requisitos de Bruselas. Además, el gobierno de Aragón aporta otros 200,000 euros, lo que les permite manejar los criterios propios para la distribución de productos. Las autoridades ya han asegurado que priorizarán las producciones locales, buscando distribuir cerezas, albaricoques y nectarinas, aunque también se podrían incluir manzanas y peras si las escuelas lo solicitan.
Más allá de las escuelas. Este programa de distribución de frutas es crucial, ya que llega a cientos de instituciones educativas y beneficia a miles de niños. Sin embargo, la «indignación» de Uaga-Coag se explica completamente por la situación actual, en la que se mezclan frutas como peras y naranjas provenientes de África, en lugar de aprovechar la rica producción local de Aragón. Los agricultores han salido a las calles en varias ocasiones, demandando precios justos, reformas en las políticas comunitarias, y un mayor control para asegurar que los productos importados cumplan con los estándares de la UE.
La situación actual permite que productos importados de países terceros entren al mercado a precios competitivos, afectando a los productores locales, lo que se considera una «competencia injusta». La UAGA, en su declaración, ha insistido en que es imperativo que las administraciones públicas, tanto regionales, estatales como europeas, regulen los mercados y restauren el principio de preferencia para los productos locales.
Fotos | Fotografía de Federicero (Flickr) y UGA
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