Here’s a revised version of the title using synonyms: Acerca de la paz completa: ni la calma ni en términos generales.

Es crucial establecer un punto de partida claro en medio de tiempos turbulentos, donde la presión se siente a cada instante: estoy convencido de la necesidad de una paz duradera y creo que la idea de una «paz por partes» ya ha llegado a su límite. Al hacer esta afirmación, es importante destacar que el verdadero problema no radica en el noble objetivo de alcanzar la paz general, sino más bien en el camino seguido hasta ahora, que se puede resumir con una simple frase: la falta de realismo y la ausencia de estrategias efectivas.

Uno de los mayores desafíos relacionados con la paz general es que, al alejarse del objetivo primordial de lograr una paz duradera (el cual debería gestionar adecuadamente el gobierno de izquierda), no solo se ha olvidado la desmovilización; su carácter fundamental ha sido también eclipsado. Esto nos lleva a considerar que la estrategia adoptada hasta la fecha no logra reconocer la complejidad inherente a un conflicto armado ya que lo simplifica en demasía. En Colombia, entender la guerra implica reconocer que no se trata solamente de un grupo de delincuentes, y que la construcción de una paz sostenible abarca mucho más que el cumplimiento de una serie de formalidades.

Es innegable que el conflicto se ha subestimado en su magnitud, que la financiación puede llevar a fines distorsionados y que la senda abierta con el triunfo de Gustavo Petro intensifica otras posibilidades de cambio. No obstante, estas consideraciones no eliminan la realidad de que persisten conflictos armados que no se solucionan únicamente con negociaciones con la FARC, así como también hay una agenda de conflicto, como la cuestión agraria, que sigue esperando ser abordada adecuadamente.

La comprensión de la paz debe ir más allá de acuerdos superficiales. Debemos abordar las raíces de la violencia y crear un entorno donde la justicia social y la equidad sean realmente alcanzables. Para ello, es fundamental cambiar el enfoque actual. La paz no puede ser vista solo como la ausencia de guerra, sino como un proceso continuo que incluye la reintegración de los ex combatientes, la restitución de tierras y garantizar derechos a las comunidades afectadas. Solo así lograremos forjar un futuro en el que todos los ciudadanos tengan voz y puedan participar activamente en la construcción de su entorno.

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