Luto en el Oriente antioqueño: exconcejal de Nariño asesinado en la vereda San Agustín – – Noticias ultima hora

La comunidad del municipio de Nariño (Antioquia), en el oriente antioqueño, vuelve a estar sumida en luto tras el asesinato del exconcejal Luis Fernando Ocampo Arias, conocido popularmente como «Gurrumina» o «Gurre», quien ocupó este cargo de 2020 a 2023.

El asesinato ocurrió la tarde del 8 de noviembre en una zona rural de la comuna, específicamente en el distrito de San Agustín, en un tramo de la carretera que conduce a Puerto Venus, entre los sectores Pueblo Nuevo y Puente Linda. Según las primeras informaciones, el ex concejal fue detenido por varios hombres armados y luego baleado a un lado de la carretera.

Ocampo Arias fue concejal y obtuvo reconocimiento en la comunidad por su participación en procesos sociales y políticos locales, así como por sus actividades como propietario de un camión escalera (un mecanismo de transporte urbano en zonas rurales). Su muerte, junto con otros actos de violencia recientes en la región, ha generado enormes preocupaciones de seguridad en esta subregión del departamento.

La alcaldesa de Nariño, Erika Cardona Pérez, informó anteriormente sobre un aumento de la intimidación en el pueblo de El Recreo y otras zonas rurales de la comuna, donde los residentes dijeron que se sentían presionados por grupos armados ilegales.

El hecho se produce en un contexto de escalada de violencia en zonas rurales del oriente antioqueño, donde las autoridades han advertido sobre la creciente presencia de estructuras criminales que operan libremente en zonas poco vigiladas. La zona de Nariño no es la excepción: hace apenas unas semanas, en la vereda La Balsora, también de esta comuna, se reportó el asesinato de un menor de 13 años por encapuchados que ingresaron a su domicilio.

Las autoridades locales y departamentales han iniciado una investigación correspondiente, aunque hasta el momento no se ha hecho pública la identidad de los responsables y el móvil exacto del crimen. Se espera que la Policía Nacional de Colombia y la Fiscalía General de la Nación trabajen juntas para esclarecer los hechos y fortalecer la presencia del Estado en esta región rural, crucial para la paz de sus habitantes.

Contexto e implicaciones

La ejecución de un exconcejal supone un nuevo golpe al tejido social de la zona rural de Nariño (Antioquia). Líderes políticos, locales y comunitarios son objetivos recurrentes de violencia en regiones del país donde grupos armados ilegales buscan imponer control territorial, castigar a la oposición o intervenir en procesos electorales.
Este hecho también profundiza el sentimiento de impunidad que prevalece en muchas comunas rurales: la población siente que las autoridades estatales no tienen suficiente capacidad para responder y proteger estas áreas. El aumento de asesinatos, intimidaciones y desplazamientos internos en las zonas rurales del departamento pone de relieve la urgente necesidad de redefinir las estrategias de seguridad y convivencia en el oriente antioqueño.

Impacto local

Para el municipio de Nariño, la muerte de Ocampo Arias también significa un vacío entre los líderes políticos locales, especialmente en las zonas rurales donde se valoraban sus funciones relacionadas con la representación comunitaria y el transporte. Además, puede generar un efecto multiplicador de miedo entre otras personalidades que desempeñan funciones públicas o sociales en zonas de riesgo.
Desde una perspectiva social, la exposición continua a la violencia afecta la inversión, la movilidad, el transporte rural y la cohesión comunitaria en municipios que ya han sufrido en el pasado debilidades institucionales, aislamiento geográfico y presencia estatal limitada.

¿Qué sigue?

  • Las autoridades prometieron reforzar las actividades de seguridad rural y las patrullas móviles en las zonas más afectadas de la comuna.
  • También se espera un mayor apoyo a las víctimas y sus familias, así como la promoción de programas de protección a líderes rurales.
  • A nivel político, el crimen abre una discusión sobre la necesidad de garantizar la seguridad de los cargos electos, incluso en las localidades rurales menos visibles.
  • Finalmente, la comunidad exige celeridad en las investigaciones y justicia, además de políticas públicas que promuevan la capacidad de gobernabilidad y la presencia del Estado en territorios donde muchas veces existe un vacío institucional.

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