El levantamiento global de la Generación Z – Noticias ultima hora

Un nuevo viento de resistencia sopla en todo el mundo, impulsado por la Generación Z, que se está levantando contra las élites y la desigualdad. Esta rebelión juvenil digital ya ha derrocado gobiernos, pero enfrenta el desafío de convertir protestas fugaces en poder sostenido y organizado.

Un fantasma recorre el mundo, un espectro que ya ha derribado a varios gobiernos, y está impulsado por la Generación Z, jóvenes nacidos entre 1997 y 2012.

La Generación Z está poniendo a prueba a las élites de todo el mundo. En poco tiempo vieron Bangladesh, Nepal y Madagascar. caer en manos de sus gobiernosmientras que en Marruecos, Indonesia, Filipinas, Kenia y Perú continuaron creciendo las protestas juveniles masivas. Los factores directos son diferentes: censura, escasez de electricidad y agua, planes fiscales o escándalos de corrupción.

Pero detrás de todas estas protestas corre la misma fuerza: una generación joven y conectada digitalmente que exige igualdad de oportunidades y servicios básicos. Los jóvenes ya no toleran que se desvíen fondos públicos hacia proyectos prestigiosos mientras fracasan las prestaciones básicas. Quieren dignidad y perspectiva para el futuro.

Las protestas suelen enfrentarse a una dura represión. Según la ONU, Madagascar tenía el menor número 22 muertos en las primeras semanas de la protesta. En Indonesia, los voluntarios informaron sobre tiroteos policiales en la oscuridad después de que se apagaron las luces de la calle. Decenas de jóvenes fueron detenidos sin juicio. Documentos de Amnistía Internacional muestran cómo la acción pacífica se enfrenta habitualmente con una violencia excesiva.

¿Por qué ahora?

En muchos países, la edad media es extremadamente baja. Madagascar, por ejemplo, tiene la mitad de la población menores de 19 años. Y para este gran grupo de jóvenes, a menudo no hay trabajo y hay pocas perspectivas de futuro.

Los jóvenes ven que las élites se benefician de privilegios y megaproyectos, mientras que los hospitales, las escuelas y las infraestructuras fracasan. En Marruecos, los jóvenes han salido a las calles contra el deterioro de los servicios públicos, mientras se gastan miles de millones en la Copa del Mundo de 2030.

El patrón también es reconocible en Asia. En Nepal, un intento de bloquear las redes sociales condujo a una revolución de 48 horas y a un gobierno interino. En Indonesia, la chispa fue la ira por los privilegios y la violencia policial. En Perú, las reformas de las pensiones fueron la gota que colmó el vaso en el contexto del trabajo informal y la existencia precaria.

Internet como megáfono

esta generación utilizar plataformas digitales. TikTok, Instagram, Telegram y especialmente Discordyo Son la columna vertebral logística. Se utilizan para planificar rutas, marcar la ubicación de equipos médicos, información legal, verificación de hechos y transmisión en vivo desde los asentamientos. Cuando los gobiernos bloquean aplicaciones, los jóvenes recurren a las VPNii y canales alternativos.

La organización está deliberadamente descentralizada. No existen líderes clásicos, pero sí miles de nodos. Esto hace que el movimiento sea resistente: si cae una cuenta, aparecen tres nuevas en otra parte. Esto es exactamente lo que ocurrió en Kenia, Nepal y Madagascar.

El símbolo aparece en todas partes: bandera pirata de un cómic japonés Una pieza — una calavera con un sombrero de paja. Es un símbolo de los inadaptados que luchan contra la corrupta oligarquía global. En Indonesia, Filipinas, Nepal, Marruecos y Madagascar ondea la misma bandera, a veces en una versión local.

La bandera baja el umbral de participación, crea un lenguaje común y nos recuerda que la cultura es poder.

Fuerza de enjambre y trampa

La fuerza del movimiento Generación Z reside en su organización horizontal. Como no tiene líder, es difícil doblegarlo. Pero esa es precisamente su debilidad. Sin ninguna forma de representación, estructura o estrategia, el movimiento corre el riesgo de desaparecer como un «enjambre sin colmena», como lo llama El sociólogo italiano Paolo Gerbaudo: un grupo que deambula de protesta en protesta, sin un ancla permanente.

Los movimientos juveniles también Pueden caer en campañas de desinformación y en manos de actores con otras agendas, desde ONG extranjeras hasta bloques de poder internos. Las revueltas estudiantiles son una plataforma ideal para las llamadas revoluciones de color, que generalmente consisten en cambios de régimen con apoyo externo. Y como aquí, al otro lado del planeta, a la extrema derecha le gusta adornarse con poses contra establecimiento.

El desafío es convertir la justa indignación en poder duradero. Los jóvenes buscan el cambio, pero sin organización y una visión clara, otros pueden rápidamente apropiarse de sus victorias. En Madagascar, los jóvenes aplaudieron cuando cayó el régimen, pero pronto vieron al ejército llenar el vacío. Después de su levantamiento, los jóvenes de Nepal obtuvieron menos participación de la que esperaban.

En Egipto, la Primavera Árabe terminó con un golpe militar y en Siria degeneró en terrorismo yihadista. En Sudán, una protesta callejera de un movimiento civil idealista fue capturado por generales que luego hundieron al país en una guerra civil despiadada.

Estos levantamientos callejeros están acechados por el peligro de que figuras carismáticas (generales o populistas) llenen el vacío con promesas rápidas y gestos simbólicos. La caída del gobierno es una cosa, pero construir instituciones justas y reducir la desigualdad requiere resistencia, recursos, amplio apoyo y una organización fuerte.

Las rebeliones de la Generación Z son una promesa, pero también una advertencia: sin estructuras permanentes y una visión clara, cualquier rebelión puede ser cooptada. Pero si esta generación joven logra convertir su energía en una resistencia organizada y sostenible, no sólo podrá derrocar regímenes, sino también construir una sociedad más justa.

Traducido del holandés por el autor.

| 25.10.2025

fuente: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2025/10/22/de-wereldwijde-opstand-van-gen-z

calificaciones:

yo Y al igual que aquí, vemos que al otro lado del planeta, a la extrema derecha le gusta adornarse con poses.

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