París. Jueves, 23 de octubre de 2025 Más de 700 científicos, políticos y celebridades han pedido el fin del desarrollo de una inteligencia artificial (IA) que puede superar las capacidades humanas.
«Pedimos que se detenga el desarrollo de la superinteligencia, hasta que haya un consenso científico de que se construye de forma controlada y segura, y hasta que haya apoyo popular», dice la página de la iniciativa, lanzada por el Future of Life Institute, una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos que advierte contra los efectos nocivos de la IA.
Entre los firmantes se encuentran varios creadores de la IA moderna, como Geoffrey Hinton, Premio Nobel de Física 2024; Stuart Russell, profesor de informática de la Universidad de California, Berkeley, y Yoshua Bengio, profesor de la Universidad de Montreal.
En la lista también figuran destacadas figuras del mundo de la tecnología como Richard Branson, fundador de Virgin Group, y Steve Wozniak, cofundador de Apple; figuras políticas como Steve Bannon, exasesor del presidente estadounidense Donald Trump, y Susan Rice, asesora de seguridad nacional durante la presidencia de Barack Obama. También firmarán líderes religiosos como Paolo Benanti, asesor del Papa y principal experto del Vaticano en inteligencia artificial, y celebridades como el cantante estadounidense.
Marco regulatorio
La mayoría de las grandes empresas de IA están intentando desarrollar la inteligencia artificial general (AGI), una etapa en la que esta tecnología igualaría todas las capacidades intelectuales de los humanos, pero también la superinteligencia, que iría más allá.
Para Sam Altman, director general de OpenAI, la empresa que creó ChatGPT, el umbral de la superinteligencia podría alcanzarse en cinco años, afirmó en septiembre.
«No importa si es en dos o quince años, construir algo como esto es inaceptable», dijo a la AFP Max Tegmark, presidente del Instituto para el Futuro de la Vida, para quien las empresas no deberían trabajar en este tipo de proyectos «sin ningún marco regulatorio».
«Se puede estar a favor de crear herramientas de inteligencia artificial más potentes, por ejemplo para curar el cáncer, y al mismo tiempo estar en contra de la superinteligencia», añadió.








