Los átomos de agua en partículas subatómicas, y éstos en quarks, y éstos, según las teorías de cuerdas (que son capaces de combinarse en uno solo), en filamentos energéticos o fuerzas que crean partículas y, con ellas, el cosmos. Pero estos filamentos no son el final, sino que estamos en lo que el gumari llama «Universo Infrarrojo» (UIQ) en el que todos los (mundos) posibles se realizan, incluso cuando sólo algunos de ellos se realizan y siempre se realizan de diferentes maneras.
Se consumió «Inversión»: Toda la materia es espíritu, es realidad energética, pero también nous, porque las redes de fuerza de la danza aparecen desde un fondo virtual, que es como una gran mente divina que funciona sin teleología alguna. Dios nunca estuvo sobre nosotros, sino abajo, esparcido en un infinito microscópico. Quizás esto explique la anticipación o conspiración de que los mitos judeocristianos y platónicos nunca dejan de distinguirnos de infiernos subterráneos o de cavernas obviamente privadas de luz. Memento, homo, quia pulvis es, et in Pulverem Reverteris: hombre, polvo tú y volver
Edición 2025, 180 páginas