Energia de impacto: ¿Es una asociación comercial entre Estados Unidos y América Latina? –

El análisis realizado por OLADE pone de manifiesto un crecimiento sorprendente en la exportación de energía entre América Latina y el Caribe (ALC) y los Estados Unidos (EE. UU.), alcanzando la impresionante cifra de $ 146,587 millones en 2023. Este número es más del doble de los $ 68,031 millones reportados en 2020, lo que resalta la importancia cada vez mayor de la región en el mercado energético mundial.

El estudio también indica que EE. UU. goza de un superávit en el comercio de energía con ALC, con exportaciones que son al menos el doble de las importaciones provenientes de la región. Esta relación comercial se traduce en una interdependencia fuerte entre ambas partes, favoreciendo a EE. UU. en términos de acceso a recursos energéticos.

En términos de estructura comercial, datos revelan que un imponente 80% de las exportaciones estadounidenses hacia ALC consiste en petróleo y sus derivados, mientras que casi el 20% restante se compone de gas natural. En contrapartida, casi la totalidad de las importaciones desde ALC hacia EE. UU. corresponde a petróleo, lo que subraya el papel central de este producto en la relación comercial entre ambas regiones.

Se encontró que alrededor del 10% del total de exportaciones de ALC hacia EE. UU. está compuesto por productos energéticos. Del lado opuesto, un 20% de las exportaciones de EE. UU. hacia ALC son productos energéticos. Este intercambio pone de manifiesto la relevancia de los recursos energéticos en el comercio bilateral y en la economía de ambas regiones.

Frente a esta dinámica, se sugieren diversas estrategias para abordar los desafíos que presenta esta relación, entre las cuales se destaca la necesidad de diversificación del mercado, especialmente en direcciones como Europa y Asia. Además, se enfatiza el fortalecimiento de los proyectos de integración regional, lo que podría favorecer una matriz energética más equilibrada y autosuficiente, aumentando así la resiliencia de ALC ante potenciales crisis externas.

El estudio de OLADE también subraya la vitalidad de establecer políticas preventivas y de diversificación que protejan los intereses energéticos y económicos en América Latina y el Caribe, en relación con los cambios que puedan ocurrir en la política comercial de EE. UU.

Asimismo, los aranceles en los Estados Unidos pueden acarrear un impacto significativo en el comercio de energía con América Latina y el Caribe (ALC). No obstante, la magnitud de dicho impacto variará de acuerdo a múltiples factores, tales como el tipo de energía afectada (petróleo, gas, biocombustibles, etc.), los países en cuestión y las medidas de respuesta que se implementen.

1. Posibles efectos negativos

A) Reducción de las exportaciones de energía a los Estados Unidos

  • Países como México, Venezuela (en menor medida hoy), Brasil y Colombia podrían ver mermada su competitividad en la exportación de productos crudos o refinados en comparación con otros proveedores si los aranceles alteran sus precios en el mercado estadounidense.
  • Este efecto sería aún más relevante si EE. UU. aplica aranceles selectivos a ciertos tipos de energía o derivados.

B) Distorsión de las cadenas de valor energético

  • La profunda integración entre México y EE. UU. en sus cadenas de valor de hidrocarburos, por ejemplo, la exportación de petróleo mexicano para su refinamiento antes de volver a ser importado por EE. UU., podría ser perturbada por los aranceles, lo que incrementaría los costos para consumidores en ambos países.

C) Reducción de la inversión

  • Las compañías de energía estadounidenses podrían verse inducidas a posponer o cancelar inversiones en proyectos de energía en ALC debido a la incertidumbre generada por posibles barreras comerciales. Esto podría afectar un amplio rango de áreas, incluyendo colaboración en infraestructura, búsqueda y desarrollo de tecnología.

2. Posible impacto positivo o reconfiguración de las relaciones

A) Impulso para la diversificación del mercado

  • Los países de ALC podrían acelerar sus esfuerzos para diversificar sus destinos de exportación de energía, mirando especialmente hacia Europa o Asia, sobre todo en lo que respecta al gas natural licuado (GNL) o biocombustibles.

B) Promoción de la integración regional

  • Si EE. UU. reduce su participación como socio energético, los países latinoamericanos podrían fortalecer sus relaciones comerciales y energéticas entre sí, tal como la integración eléctrica en América Central o mediante acuerdos de cooperación sur-sur.

C) Potencial de energía renovable

  • ALC podría buscar establecer acuerdos con naciones que prioricen energías renovables sin aplicar aranceles, lo que fomentaría el desarrollo de sectores como el hidrógeno verde, así como los aprovechamientos de la energía solar y eólica.

3. Reacción política y económica

  • Los países de la región probablemente considerarán una respuesta proactiva a la situación, incluyendo medidas compensatorias o la intervención de organizaciones como la OMC si perciben que los aranceles violan los acuerdos comerciales vigentes.
  • Asimismo, podrían explorar la posibilidad de renegociaciones bilaterales o regionales (por ejemplo, en el contexto de los contratos T-MEC o Coicom).

Conclusión

El aumento de los aranceles en los Estados Unidos podría tener consecuencias negativas en el comercio de energía con América Latina y el Caribe, especialmente en el ámbito de los hidrocarburos. Sin embargo, también puede servir como un catalizador para llevar a cabo una reconfiguración estratégica hacia mercados más diversos, la promoción de energías limpias, y el fortalecimiento de la integración regional.

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