Recientemente, un ataque sorpresa dirigido contra un equipo del Ejército en Guaviare, atribuido al líder conocido como «Calarcá», ha desatado una nueva ola de controversia respecto a su captura y posterior liberación en julio de 2024. Este ataque, que se inscribe en el contexto de la creciente violencia en la región, resultó en la trágica muerte de seis soldados, además de varios elementos heridos, lo que ha sido objeto de amplia discusión y preocupación.
Las tropas del Batallón de Infantería No. 22 Joaquín París estaban en este momento realizando entrenamientos para la recuperación en la zona, cuando, unas horas después, el bloque militar bajo el mando de «Calarcá» lanzó un repentino asalto, evidenciando la vulnerabilidad de las fuerzas armadas en la región.
El historial de «Calarcá»: capturas, divisiones internas y su controvertida soltura
Alexander Díaz, más conocido como «Calarcá», posee más de tres décadas de experiencia en el ámbito criminal, particularmente en el contexto de las FARC. De acuerdo a datos proporcionados por la Fundación de Paz y Reconciliación (Pares), ha estado involucrado en disputas internas significativas, especialmente en relación a un personaje apodado «mordida de iván». Estas rivalidades han creado fracturas considerables dentro de los disidentes, potencialmente debilitando su estructura organizativa.
En 2023, «Calarcá» fue arrestado en Antioquia mientras se transportaba en un vehículo de la Unidad de Protección Nacional (UNP), el cual estaba cargado de armas y municiones. Sin embargo, su liberación ocurrida meses después generó múltiples interrogantes sobre las decisiones del actual gobierno en materia de seguridad y justicia.
El 17 de abril, el gobierno tomó la decisión de extender un cese al fuego bilateral con varios grupos disidentes, incluyendo a Jorge Suárez Briceño, Magdalena Medio, el Gentile Duarte y el Frente Raúl Reyes, buscando espacio para el diálogo y las negociaciones que favorezcan la estabilidad en la región.
Los gobernadores condenan el ataque y critican la liberación de «Calarcá»
Andrés Julián Rendón, gobernador de Antioquia, criticó de manera contundente la decisión gubernamental de liberar a «Calarcá». En sus declaraciones, expresó que el gobierno estaba facilitando la liberación de criminales bajo el marco de una política de «paz total». Esto, para él, implicó un grave riesgo al fomentar la impunidad y debilitar las estructuras del crimen organizado.
«El gobierno está buscando el tratamiento de delincuentes de varias pieles, como si no fueran un objetivo: enriquecer el ingreso ilegal del tráfico de drogas, el forzamiento y el secuestro,» declaró Rendón con aparente frustración ante la situación actual.
Desde la perspectiva del presidente, evitar la liberación de «Calarcá» representaba un golpe decisivo contra las estructuras criminales que operan en el país. En una línea similar, William Villamizar, gobernador de Norte de Santander, expresó su rechazo:
«Desde el departamento, rechazamos todas las actividades contra nuestras fuerzas militares, especialmente ataques como los que se presentaron en estos días y que han afectado la vida de muchas personas y familias,» destacó, reafirmando la preocupación por la seguridad en la región.
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