Hace 25 años, las Naciones Unidas (ONU) establecieron el 22 de mayo como el Día Internacional de la Biodiversidad, un evento que tiene como objetivo concienciar a la población sobre la importancia del planeta en términos de flora y fauna, así como la responsabilidad que todos tenemos de preservarlas y cultivarlas al máximo. Desde entonces, hemos sido testigos de una pérdida continua y alarmante de plantas y animales, acompañada de un aumento en la cantidad de especies en peligro de extinción.
La raíz de este problema radica, en gran parte, en las actividades humanas, que se ven agravadas por el fenómeno del cambio climático. Esto lo afirma Ahmed Djoghlaf, Secretario Ejecutivo de la Convención de la ONU sobre la Diversidad Biológica. Su declaración se basa en el reciente informe elaborado por el Grupo Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), que revela que la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera no había sido tan alta en los últimos 650,000 años. En este sentido, subraya que el planeta está atravesando una ola de extinción sin precedentes, tan grave que podríamos comparar con la extinción de los dinosaurios. Los datos son alarmantes y no dejan lugar a dudas: se estima que cada día desaparecen alrededor de 150 especies. Esto se traduce en una pérdida anual que puede oscilar entre 18,000 y 55,000 especies. Además, actualmente se estima que aproximadamente el 25 por ciento de los animales y plantas bajo estudio están en peligro de extinción.
Ahmed Djoghlaf señala que el cambio climático es uno de los factores principales que están conduciendo a la pérdida de biodiversidad de manera sin precedentes. De continuar así, a finales de este siglo, muchas especies y ecosistemas se verán amenazados, luchando por hacer frente a los cambios en las temperaturas y en los patrones de precipitación. La descongelación del Ártico es otro factor de riesgo, pues podría llevar a la extinción de especies emblemáticas, como los osos polares, junto con otras especies únicas de este ecosistema.
El Secretario Ejecutivo también hace hincapié en que los efectos de estos cambios climáticos serán más severos en países que ya son vulnerables, como es el caso de México, a pesar de que no sean los que más contribuyen al calentamiento global. Por ejemplo, el lago Victoria, que atraviesa África Central y que comparten Kenia, Uganda y Tanzania, ha disminuido en un 30 por ciento de su tamaño. Se calcula que entre el 25 y el 40 por ciento de las especies únicas de África podrían estar en peligro en los próximos 60 años. Además, se han registrado preocupaciones sobre la salud de los ecosistemas de arrecifes de manglares y coral, que son fundamentales para combatir la erosión en las costas y ofrecen refugio y alimento a una variedad de especies marinas.
A lo largo de este siglo, ha habido múltiples llamados a la acción para proteger la biodiversidad. Por ejemplo, durante la Cumbre de Desarrollo Sostenible en Johannesburgo, se hizo un llamado a reducir la pérdida de biodiversidad antes de 2010, un año que fue declarado por la Asamblea General de la ONU como el Año Internacional de la Biodiversidad. Sin embargo, los datos revelan que no se logró alcanzar este objetivo y que la extinción de especies ha aumentado notablemente desde entonces.
Investigaciones científicas han demostrado que las acciones humanas son la principal causa de la extinción de especies; se estima que un millón de especies están en peligro de desaparecer debido a la sobreexplotación de recursos tanto terrestres como marinos. Se señala que alrededor del 20 por ciento de la superficie terrestre del planeta sufre algún tipo de degradación. A pesar de que más del 80 por ciento de la superficie terrestre está cubierto por bosques, cada día se están perdiendo extensiones importantes debido a la tala tanto ilegal como legal y a los incendios. Al mismo tiempo, la biodiversidad marina se ve afectada gravemente por la contaminación y el exceso de residuos.
Todos estos factores que contribuyen a la extinción de especies hacen que el aumento de la temperatura global y el nivel del mar sean especialmente preocupantes. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que se dedica a la conservación del medio ambiente, se estima que a finales de este siglo, la mitad de las especies de plantas y animales de las áreas más ricas del mundo podrían enfrentar la extinción local. Incluso si se cumplen los compromisos establecidos en el Acuerdo de París y la temperatura no se eleva más de dos grados Celsius, se prevé que el 25 por ciento de estas especies desaparezcan.
Además, el comercio ilegal de especies es una actividad que mueve entre 8 mil 100 y 21 mil millones de dólares al año, lo cual representa un gran desafío para la conservación. Cada año, se estima que más de 30,000 elefantes, 100 tigres y mil rinocerontes son cazados ilegalmente. Esta información ha sido recopilada en el Informe de Crimen de Worldlife, preparado por la oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen.
Es importante destacar que México es considerado uno de los países megadiversos, lo que significa que alberga una asombrosa variedad de especies. Sin embargo, a pesar de esta riqueza natural, se encuentra lejos de poder gestionar adecuadamente su conservación y proteger esta invaluable biodiversidad.