Un nuevo capítulo se inserta en el marco del ajedrez político que caracteriza la situación de Tolima, con la mirada puesta en las elecciones de 2026. Este desarrollo, aunque marcado por un tono crítico, no ignora el esfuerzo y la labor política que han desempeñado varios actores en la región. La figura central de estos recientes acontecimientos es Avilés, quien ha estado vinculado a actividades junto a las industrias conservadoras. Sin embargo, su reciente movimiento hacia el liderazgo del movimiento bajo Barreto ha sido objeto de debate, con la crítica de Mora resaltando un giro significativo en su alineamiento ideológico.
Mora ha enfatizado que si Avilés asume una postura liberal, es imperativo que actúe de acuerdo a esa ideología, más allá de las posibles disputas sobre quién está o no en la categoría de ‘liberal’. “Si verdaderamente se considera liberal, tiene la obligación de responder a esa identificación”, acotó el ministro, reflejando la tensión existente entre la retórica y las acciones dentro de la política actual.
Además, Mora se apresuró a aclarar que no existe una declaración clara por parte de Avilés que indique un cierre hacia el liberalismo. “Nunca he escuchado que se haya rechazado una afiliación. Si realmente hubiera deseado apuntar a posiciones como el consejo o el parlamento, estoy seguro de que tendría el respaldo necesario”, afirmó Mora, considerando que tuvo que hacer valer su propia solicitud en ciertas circunstancias para poder ser escuchado.
¿Comunidad para la comodidad?
El contexto proporcionado por el Ministro le permitió formular críticas contundentes en relación a la dinámica de constantes cambios en los partidos políticos, tanto a nivel municipal como nacional. Mora argumenta que estas transformaciones reflejan más un interés por el poder que un compromiso genuino con una ideología coherente y sólida. “Muchos políticos creen que la influencia se encuentra con aquellos que detentan poder”, expresó, subrayando la necesidad de un enfoque más enfocado en el fortalecimiento de las capacidades, la continuidad y una autenticación de visiones políticas.
En su análisis, es evidente que estas ‘deudas ideológicas’ son cuestiones que esperan ser atendidas, no solo por los nuevos líderes sino también por aquellos que ya ocupan posiciones de poder. Al respecto de las aspiraciones de Avilés, Mora no se mostró completamente optimista, a pesar de desearle suerte en su nueva travesía. “Espero que realmente reciba un apoyo significativo, y no sea simplemente un apoyo superficial”, concluyó, dejando entrever su escepticismo sobre la auténtica fortaleza del apoyo que Avilés lograría dentro del entorno del barreto.
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