Durante la intervención, se ubicaron dos depósitos secretos de 117 cilindros de gas de propano por valor de más de 104 millones de pesos, listos para modificar como artefactos explosivos improvisados. Estos elementos pertenecerían al Grupo Residual Organizado Iván Ríos, un ejército bolivariano del ejército local autodestado, y estaban destinados a ataques a fuerzas públicas y civiles.
El descubrimiento es un fuerte golpe para la logística y las finanzas criminales de esta organización ilegal, debilitando su capacidad para cometer ataques, extorsión, reclutar menores y sembrar terror en la región.

Durante el procedimiento, un grupo de residentes, supuestamente bajo la influencia de una red de apoyo al terrorismo, trató de hacer que las autoridades fueran difíciles a través de la asonida. Sin embargo, gracias a la dura y rápida reacción de los soldados, fue posible proporcionar un área y evitar la confrontación, garantizando el éxito de la cirugía sin pérdidas humanas.

Este resultado operativo ratifica el compromiso del Grupo de Tareas de Hercules para continuar trabajando en una forma de paz y seguridad de la población en el suroeste del país, afectando las economías ilegales de los grupos armados y neutralizando todas las amenazas que amenazan la paz y el bien de la comunidad.
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