«El distrito revitiza a los nativos»: el experto critica la gestión del alcalde de Bogotá a la protesta de Embera en el Parque Nacional – – Noticias ultima hora

El miércoles, la Oficina del Alcalde en Bogotá emitió un comunicado de prensa en el que se aseguró que Embera portavoces, la comunidad se estableció en el extremo norte del Parque Nacional, «acceso a niñas y niños a servicios», una declaración que causó incomodidad por parte de observadores y mediadores que intentan facilitar los contratos entre distritos y protestadores.

La oficina del alcalde en Bogotá impuso un bloqueo físico en este lugar, con cercas y funcionarios, para evitar la instalación de la comunidad en el Parque Nacional, unos 500 habitantes indígenas ocupan una pequeña área verde en la calle 45 con la séptima carrera en condiciones de sobrepenal. En este punto, durante 44 días, las adultos, las mujeres, los niños y las niñas, tuvieron que pasar la noche en Cambuche, el sol y el agua, entre las tensiones con representantes de la oficina del alcalde en Bogotá y enfrentar los rigores del frío y la lluvia de la capital.

Según la versión del distrito, el martes, los líderes de Embberas evitaban que las niñas, los niños y los jóvenes «traten con el distrito organizado», es decir, espacio para la recreación y la recreación, en el que los niños pueden suavizar el rigor que sufre en medio de una negociación muerta. En total, se estima que aproximadamente 350 deposición que permanecieron en su lugar es menor de edad.

«Como resultado, solo 13 niñas, niños y jóvenes pudieron acceder a los servicios: 7 niños y niñas de la primera infancia para ser aceptados y 6 infancia al Centro Amara, que participaron con permiso a sus familias. Argumentaron que no autorizaron la transferencia, mientras que la unidad para las víctimas, la Unidad del Gobierno Nacional, no cumplió con la entrega de ofertas ofrecidas», agregó el alcalde.

Sin embargo, otra visión tiene lugar de las comunidades indígenas. Según Jairo Yesith Montañez Barros, un antropólogo en comunidades étnicas y conflictos, la interpretación del distrito sigue un propósito específico: romper la empatía de la ciudadanía de Bogotá con la causa de la emperina.

«El distrito utiliza una antigua estrategia, que se ha impuesto con la intención de generar discriminación y rechazar a los pueblos indígenas para implementar brutalmente sus acciones, sin daños a la seguridad o los medios de comunicación», dijo Montañez.

«En el caso de la complejidad de este tipo de comunidad, desarrolló y tiene la empatía de la ciudadanía de Bogotá. Esta es una acción rápida (distrito) no conoce los derechos de esta comunidad, colectiva y gira a la nación nativa. (…)

En el concepto de especialista, de acuerdo con lo que pudo observar durante el diálogo entre el distrito y el pueblo indígena, el único interés de la oficina del alcalde en Bogotá es el logro de la expulsión del lugar a la población indígena, independientemente de estos derechos.

«En varias conversaciones en las que logré participar como escucha, el interés es excitar el Parque Nacional, aunque se vende el discurso progresivo de que están preocupados por los derechos de los niños, no es así», dijo un antropólogo que es difícil de restaurar la confianza entre las partes debido a la falta de cumplimiento de las autoridades.

Con respecto al estado de los nativos que los mercados prometidos por el gobierno nacional se entregan por primera vez, Montañez ve la negativa a permitir que los menores se trasladen a la oferta institucional de la Secretaría de Integración Social en los Centros Amar y Embreb.

«Si no alimenta bien a los niños, existe efectivamente una violación de los derechos. En la misma lógica, los niños no pueden desarrollar sus acciones», dijo Montañez.

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